martes, 29 de enero de 2019


AMÉRICA LATINA: CENTRO DE DISPUTA DE LAS POTENCIAS MUNDIALES
Por:
Ángel Custodio Velásquez

El capitalismo con la diversidad de Modelos de Acumulación de capital  asumidos desde su génesis en el siglo XVI hasta hoy, ha tenido,  simultáneamente,  una variedad de formas de dominación y territorios de disputa priorizados por su importancia estratégica; pero también por el papel que algunos de ellos juegan en determinadas coyunturas políticas. La importancia está determinada por los recursos económicos existentes en esos territorios y la necesidad de las potencias mundiales de mantenerse o hacer hegemonías ante las demás  y ante otros países. Las disputas en América Latina que aún vemos tímidas  expresadas, mayormente, en el campo de la diplomacia, de este año  2019 en adelante se agudizarán a tal punto que el continente se convertiría en el centro principal de la disputa de las potencias mundiales, secundado por el Oriente Medio.

Necesidades estratégicas de las potencias occidentales.
            Es harto conocido que el  modelo de desarrollo de los países que fungen como potencias occidentales, está cimentado en el uso de petróleo para mover su industria y producir una diversidad de mercancías derivados de ese mineral. Ello los hace ser  altos consumidoras del mismo, ya que no son productores en abundancia, obligándolos a ser altamente dependientes de los países que sí tienen una alta producción. Esto, sumado a la tendencia histórica de los precios del petróleo en el mercado internacional, lleva a las potencias a obtenerlo por la vía que  sea necesaria; inclusive a través de invasiones y guerras. Por tanto, cualquier país del mundo que posea altas reservas del crudo, es candidato a ser invadido por las potencias occidentales agrupadas en la Organización del  Tratado Atlántico Norte (OTAN). Ello  explica los ataques  de esas  potencias contra Siria en donde después de la invasión con mercenarios del Estado Islámico, los ataques de Israel y  ochenta (80)  países de la OTAN en una guerra que lleva 7 años, ha dejado un saldo de más de 500 mil muertos. Igualmente,  las amenazas de los Estados Unidos contra Venezuela y su pretensión de apropiarse de zonas petroleras venezolanas, utilizando como peones hoy  a los gobernantes pusilánimes de República de Guyana y los que conforman el auto-denominado Grupo de Lima.
            Igualmente, las potencias occidentales necesitan de minerales estratégicos para potenciar su industria militar, sofisticar su armamento para continuar invadiendo y para  producir tecnología de punta; pero fundamentalmente –en el caso de los Estados Unidos- para hacer viajes  a otros planetas a los fines de mejorar condiciones de vida, debido a que para el siglo XXII probablemente la tierra sería inhabitable, de continuar con el recalentamiento global, la contaminación ambiental y todos los daños que se le vienen haciendo a la naturaleza.
            De la misma manera, las potencias necesitan las grandes reservas de agua del planeta, los pulmones vegetales productores de oxígeno, las plantas medicinales y los saberes de nuestros pueblos ancestrales, para que las transnacionales de las medicinas produzcan nuevos medicamentos y se enriquezcan con su rentabilidad.
Asimismo, también requieren de países en los que el sol y los vientos sean relativamente permanentes a los fines de explorar el uso de nuevas fuentes de energía. Sumado a todo ello, necesitan de territorios que tengan salida a los principales océanos que faciliten el desplazamiento fácil para expandir el comercio, captar  nuevos mercados y  áreas de influencia; pero también  salidas rápidas para reducir los tiempos de desplazamientos de las flotas a otros continentes, en caso de guerra con otros países. Igualmente, demandan minerales  preciosos para paliar su crisis financiera. Estas necesidades, entre otras, orientan la búsqueda de las potencias hacia los territorios que poseen estas ventajas antes mencionadas.
A lo antes señalado, se agrega la necesidad de las potencias de controlar nuevos territorios cercanos relativamente a las potencias contrarias para entrenamiento militar, instalar nuevas  bases militares y,  desde allí,  amenazar a sus oponentes.
Las riquezas  naturales  de América Latina
Europa no tiene nada que ofrecerle a la humanidad. Sus recursos han sido consumidos por la voracidad del capital; sin embargo, Latinoamérica es uno de los pocos continentes que todavía le quedan grandes reservas de minerales diversos. Resaltan entre ellos: el petróleo del cual Venezuela cuenta con las reservas más grandes del mundo y, sobre todo, petróleo liviano ideal para ser procesado sin problemas en las refinerías de los Estados Unidos. A Venezuela se suma el petróleo de México, Ecuador, Colombia y, en menor grado, el petróleo boliviano; así como también las reservas de gas de estos países. Venezuela,  además,  posee reservas de gas y oro que están entre las más grande del mundo; pero se le agregan  15 minerales estratégicos,  ubicados en el eje Zulia- Falcón-Esequibo,  de los 17 que requiere Estados Unidos para hacer viajes espaciales, y otros tantos en el estado Bolívar y el Amazonas. No es casual que en este último territorio venezolano se venga promoviendo el secesionismo con la transculturación y el apatridismo que practican sectas religiosas extranjeras con las  naciones pemonas, a quienes las aúpan para que desconozcan al gobierno nacional y se declaren país independiente regido con otra constitución ajena a la de  la República Bolivariana de Venezuela.
Por otro lado, el continente posee las reservas de  agua y el pulmón vegetal más grande del mundo. La primera,  representada por las reservas de agua del Foz de Iguazú (frontera entre Paraguay y Argentina), conocida también como el “paraíso del agua”, donde se combinan selva, termalismo y las cataratas más grande del mundo, de un gran atractivo turístico.  Y la segunda, en el Amazonas que consume y procesa buena parte del anhídrido carbónico (CO2) que sale al aire. A esto se suma, tierra suficiente para explotar la agricultura: producir alimento y experimentar con nuevos cultivos, sobre todo, prácticas científicas en   Ingeniería genética.
Pero el continente también cuenta con otros minerales abundantes: Hierro, metales, bauxita, cobre, plomo, Zinc, mercurio, estaño, oro, plata, diamantes, fertilizantes, amianto, petróleo gas natural y uranio; que han permitido el desarrollo industrial de Brasil, Argentina y México. Y cuentan, además,  con una red de transporte periférica orientada,  mayormente, al servicio del comercio exterior. Asimismo, el Perú es uno de los países que tiene más reservas de oro en Latinoamérica y más plata en el mundo; minerales ubicados  en la cordillera de los Andes, y que registra 84.457 y 4.485.258 onzas, respectivamente, según  informe del Ministerio de Energía y Minas de ese país. Esa cantidad representa el 4, 6 % del oro del planeta[1]. Venezuela también cuenta con un gran  caudal de oro aún no cuantificado; pero que según estimaciones,  pudieran estar entre las reservas más grandes del mundo. Este mineral sirve para soportar cualquier moneda emergente en el mundo ante una eventual caída del  dólar como moneda referente mundial.
Además, el continente tiene otros minerales entre los que destacan: Uranio, Coltan,  Antimonio,  Asbestos,   Azufre,   Barita, Bauxita,  Bentonita,  Bismuto, Boro,  Cadmio, Carbón, Cobalto, Cobre, Columbio,  Cromo,  Cuarzo,  Diatomita, Estaño, Estroncio, Feldespato, Fluorita, Grafito,  Ilmenita, Itrio, Hierro y  Litio[2], entre otros.
La región latinoamericana ha logrado consolidar su protagonismo dentro de la minería mundial, captando cerca de un tercio de las inversiones en la actividad a nivel global. Países como Chile, Perú y México han cifrado sus esfuerzos en que la industria sea uno de los puntales de su economía, mientras que otras naciones, como Argentina y Colombia, están aún lidiando por legitimarse socialmente.
Este atractivo también se refleja en las operaciones actuales, siendo Chile el principal productor de cobre, mientras que Perú es el tercero. En el caso del oro, Perú, México y Brasil están en el “top ten”, mientras que en la plata, México es el líder a nivel global, en tanto que Perú, Bolivia y Chile también se ubican dentro de las primeras diez posiciones.
En lo que es hierro, Brasil se ha consolidado como el tercer productor del mundo, y apunta a seguir creciendo. Venezuela entra en este juego con la explotación del oro y el aluminio. Así, pese a la caída de los commodities y el fin del ciclo de los metales, así como también el predominio del capital financiero en el mundo y   si se cuentan solo los países que pertenecen a la llamada Alianza del Pacífico, esto es, Chile, Colombia, Perú y México, se totalizan proyectos mineros que superan los US$200.000 millones. Las potencias occidentales siguen necesitando de estos minerales para sus proyectos de infraestructura e industria[3]. No obstante, es el petróleo y los minerales estratégicos –como se ha dicho- los que representan mayor importancia para las potencias occidentales en la actual coyuntura histórica.
Conformación de los bloques de poder y sus intereses
Hacia finales de los años ochenta y principios del noventa del siglo XX, con la finalización de la Guerra Fría, la asunción del modelo neoliberal de Acumulación de Capital cimentado en la  microelectrónica, biotecnología y la explotación de nuevos materiales, como  tecnologías puntas que dieron lugar a la llamada sociedad de la información y el conocimiento;  y la caída de la URSS,   las empresas transnacionales coparon todos los mercados mundiales; inclusive aquellos que antes eran parte de los países del llamado “Socialismo Real”; pero también se creó un Orden Mundial tripolarizado en lo político, lo económico y lo militar. Algunos países potencias acumularon un gran poderío militar pero empezaron a experimentar debilidades económicas debido a potencias emergentes que construyeron fortalezas económicas y fueron desplazando a los Estados Unidos en algunas áreas de la economía incluso en su propio mercado interno; sin embargo, registraban debilidad en lo militar. De igual manera, Occidente y, particularmente, EE.UU ganó terreno e influencia política sobre otros países; incluso, potencias como los agrupados en la Unión Europea, utilizando, entre otros instrumentos de dominación, la deuda externa. Este complejo proceso condujo a un nuevo ordenamiento y reordenamiento de fuerzas en el mundo y cambió el tablero geopolítico internacional.
Así, las potencias occidentales ampliaron y fortalecieron la organización militar representada en la OTAN. Entre los países con mayor influencia en esta organización resaltan: los Estados Unidos como principal líder seguido de Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Japón, España, Canadá, además de otros países árabes, latinoamericanos y africanos subalternizados a EE.UU. Este bloque de poder, espoleado por la política exterior de los Estados Unidos en su plan denominado la Pax Americana, que tiene como objetivo:  Transformar a Estados Unidos, en la única superpotencia en este momento, en un imperio planetario por la fuerza de las armas; y como  objetivos subyacentes: 1) obtener el control sobre los yacimientos de petróleo para financiar todo el proyecto; 2) enviar una advertencia a todos los líderes religiosos y políticos de Medio Oriente; y 3) establecer un área de entrenamiento militar en Irak para posibilitar futuras invasiones y derrocamientos de gobiernos de la región, incluso de algunos que hoy son aliados de Estados Unidos[4], convirtió a la ONU en un supra-Estado transnacional en la que, a través de sus aliados en el Consejo de Seguridad, o pasando por encima del derecho internacional, interviene en cualquier país del mundo que posea petróleo u otros minerales estratégicos o no afecto a su política. Este bloque de poder tiene incidencias políticas en el denominado G-20, en algunos países del grupo 77, que hoy agrupa 134 países,  y en la OPEP y su política petrolera a través de sus aliados: Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, entre otros; y también en la Unión Europea que agrupa a países otrora colonizadores y hoy tienden a ser colonizados por los Estados Unidos.
Este bloque de poder ha abandonado el diálogo en las relaciones bilaterales y multilaterales y, cada vez más, esgrime el expediente de la fuerza, la violencia y el sometimiento para imponer sus políticas a otros países.
La contraparte a este bloque lo representa la alianza compuesta por Rusia, China, India, Irán, Siria, Corea del Norte, Bielorrusia y Argelia,  y  otro conjunto de países aliados en otros continentes entre los que se cuenta Venezuela; pero también en el Grupo de los 77+ China y con incidencias políticas sobre los países No Alineados, y sobre  bloques de países de Asia y África;  y, a través de terceros,  en América latina y el Caribe. Si bien este bloque de poder no supera la capacidad en tecnología militar de los Estados Unidos y la OTAN, tiene un alto poderío económico: riquezas naturales, más de 3000 millones de consumidores, materia prima, monedas fuertes (el Rublo y el Yuan) y China como la primera potencia económica del mundo[5]. Este bloque aboga por romper con la  unipolaridad a través de la construcción de un mundo multipolar, más democrático, el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, apoyados en el diálogo y el respeto mutuo entre países.
 Ambos bloques en sí mismos son heterogéneos; esto es, tienen coincidencias, en el caso de la OTAN: mantener el modelo neoliberal en el mundo en  momentos en que el capital y los bienes de la tierra están más concentrados en pocas manos y centralizados, compartir riquezas que tienen otros países las cuales ellos necesitan, explotar las riquezas de los países subalternos entre las corporaciones transnacionales y las burguesías u oligarquías locales, según sea el caso; mantener  la unipolaridad militar sostenida por los Estados Unidos que representa, a su vez,  protección militar para los  países subalternizados; pero también tienen diferencias  que pudieran dar lugar a procesos de rupturas en el devenir histórico de acuerdo  a los giros que se escenifiquen en la geopolítica mundial.
En efecto, en este bloque se empieza a experimentar desgajamientos sobre todo por las políticas asimétricas y agresivas que ejercen los Estados Unidos contra la Unión Europea. El mejor ejemplo de lo que se señala es el Brexit, el cual pudiera marcar la  salida definitiva  del Reino Unido de la Unión Europea, lo que se dirimiría en el 2019. Pero también se han asomado diferencias marcadas entre Estados Unidos y la Unión Europea, como organización,  en el área militar. EE.UU y Europa chocan por la política de defensa.A la exigencia estadounidense de que los países europeos gasten más en su seguridad,   se suma  las compras de armamento. Washington tiene recelos de los planes de integración militar en la UE por las pérdidas que pueda provocar a su industria. Esas suspicacias ya han calado en la Alianza. “Debemos evitar crear nuevas barreras dentro de la OTAN”, señaló su máximo responsable, Jens Stoltenberg[6].
El debate se plantea de manera abstracta, pero la inquietud es muy concreta. La política de integración militar de la UE, uno de los grandes proyectos del club comunitario en la era post-Brexit, contempla un incentivo fundamental para que los Estados cooperen en un área hasta ahora tabú. Se trata del fondo europeo de defensa, que el presupuesto comunitario nutrirá cada año con unos 1.000 millones de euros para desarrollar equipamientos comunes y con otros 500 millones para destinarlo a investigación militar. El objetivo es que los Estados aporten a su vez 4.000 millones anuales para acabar destinando más de 5.000 cada ejercicio a esta política, considerada prioritaria. Para acceder al fondo, las empresas que lideren los proyectos tienen que ser europeas. Con esa misma lógica, la cooperación con Estados terceros será “excepcional”, vinculada a proyectos concretos y siempre que aporten un valor añadido a la UE. Estados Unidos no quiere que la Unión Europea deje de comprarle armas. Por ello sostienen: “Queremos que los europeos tengan .sus capacidades militares, pero no que excluyan productos estadounidenses”, expuso sin tapujos la embajadora estadounidense ante la OTAN, Kay Bailey[7].
En el bloque alternativo las dos potencias, China y Rusia, cada día se acercan más ante las políticas agresivas de Donald Trump contra ambas. Xi Jinping y Putin, llevan tiempo forjando una estrecha amistad fraguada a lo largo de más de 20 encuentros entre ambos. Pero fue tras la llegada al poder de Trump, que calificó a estos países de rivales económicos que desafían los intereses y valores estadounidenses, cuando su relación ha alcanzado cotas no vistas antes.
Xi y Putin  " (…) comparten el escepticismo hacia la hegemonía estadounidense, desconfían de las intenciones de EEUU (…)"[8], añadió Alexander Gabuev, investigador del Centro Carnegie de Moscú, a la agencia France Presse. Cada uno de ellos tiene sus propios frentes abiertos con Washington. En la actualidad, Pekín se halla inmersa en un duro -y en ocasiones, impredecible- proceso negociador con la Casa Blanca para evitar una guerra comercial entre las dos mayores economías del planeta, mientras que Moscú mantiene profundas diferencias con EEUU en múltiples frentes, incluidos los conflictos en Siria y Ucrania.
En los últimos encuentros, Xi y Putin  han vuelto a mostrar su acuerdo en temas claves como el comercio, Irán o Corea del Norte, además de firmar acuerdos entre los que se incluyen un proyecto de cooperación nuclear de 3.100 millones de dólares y un fondo de inversión industrial de mil millones. El primero de ellos, logrado tras dos años de negociaciones, cubre tres proyectos y supone un ejercicio de "puro pragmatismo y un raro ejemplo de una relación de beneficio mutuo" entre los dos países, según Gabuev.
Sobre Irán, ambos mandatarios prometieron hacer "todos los esfuerzos posibles" para preservar el acuerdo internacional firmado en 2015 sobre el programa nuclear que Trump abandonó el mes pasado, un entendimiento extensible también a la península coreana.
América Latina:  disputa  por los recursos naturales
                Como se ha dicho, América latina cuenta con recursos minerales diversos, biomasa y  una ubicación estratégica que le permite salida al océano atlántico y al pacífico, así como  cercanía para acceso rápido a otros continentes; de manera que estamos hablando de un   territorio estratégica y coyunturalmente privilegiado. Eso explica  porqué Estados Unidos desde 1823, con la Doctrina Monroe,  pensó a “América para los americanos” y ya para 1828 había contribuido al desmembramiento de la República de Colombia. Por  ello Simón Bolívar  lo había profetizado: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar América de miserias en nombre de la libertad". Desde entonces hasta hoy las relaciones de Estados Unidos con América latina han sido cualquier cosa menos apacibles. Hasta el momento ha  trabajado para convertir y mantener al continente como su traspatio. Por eso entre el siglo XIX y el XXI Estados Unidos ha intervenido, directa e indirectamente,  más de 52 veces en el continente en casi dos siglos. Y sigue con la idea de controlar  a los pueblos de América  con nuevas intervenciones (sean estas militares o injerencias políticas, como las modalidades de golpes de Estados), de ser necesarias. Por eso hoy su participación porcentual  en los gastos militares globales[9] de los países, es mayor que los de China, Francia, Gran Bretaña, Rusia, India e Italia, Arabia Saudita, Japón y Alemania juntas. Veamos: EE.UU con un 42, 8%;   China con 7, 3 %;  Gran Bretaña con 3, 7 %; Francia y Rusia con un 3, 6 % cada uno; Japón con 3,3 %; Arabia Saudita y Alemania con 2, 8 % cada una;  India con 2,5  %, Italia con 2,3 %  y otros con 25, 3 %[10].
Este porcentaje del 42, 8 % de gastos de los Estados Unidos obedece, además,  a que tiene que mantener 587 bases militares  distribuidas en  42 países del mundo,  de las cuales en América Latina y el Caribe tiene 75 bases reconocidas, sin considerar la presencia de asesores militares en casi todos los cuarteles de esos países[11]. Además,  mantener un soldado de las fuerzas especiales cuesta aproximadamente entre medio millón y un millón de Euros anual sin tomar en cuenta el mantenimiento del equipo bélico altamente sofisticado que usa.
                Esta Posición de la élite que dirige al país del Norte, hoy va a ser más agresiva debido a una tendencia aún presente en el continente – y pese a la vuelta a la derecha de Argentina, Brasil y Ecuador-  algunos pueblos pugnan por liberarse del yugo de los Estados Unidos y de sus élites dominantes. En el caso de estos tres países mencionados tenemos confianza que regresaran nuevamente, en el peor de los casos, a gobiernos nacionalistas por la pauperización generada por la aplicación de políticas neo-liberales y el autoritarismo del que son objetos sus pueblos; y la conciencia política aquilatada por éstos en la experiencia política vivida en la última década en el complejo proceso político del continente. El desastre neoliberal en estos países,  pudiera dar lugar a que estos pueblos vuelvan la mirada hacia la experiencia con Lula, Correa y los  kirchner, en Argentina. Los procesos históricos no tienen porqué ser lineales ni responder necesariamente a una lógica de ciclos. Sencillamente son complejos y su tendencia se capta en la investigación de los mismos.
El otro elemento que hará más agresivo al imperialismo norteamericano es la disputa que China y Rusia le hacen por el control del continente. Sin embargo, hay otros elementos generales que debilitan a los Estados Unidos, entre otros: El sistema financiero internacional fundado en el dólar, se tambalea, se imponen monedas regionales como fenómeno en los diversos continentes que abandonan el dólar, insurge el BRICHS (sin Brasil) como un nuevo bloque de poder con grandes contradicciones con los Estados Unidos,  con amplio mercado para la compra-venta de mercancías y con capacidad financiera lo suficiente como para financiar proyectos estratégicos; se conformó la Zona de Libre Comercio: Asia Pacífica (septiembre de 2014); la cual representa más de la mitad de la economía mundial. Esta Zona de Libre Comercio creó el Banco Asiático de Inversiones en infraestructura: contraparte del FMI. Asimismo, a Estados Unidos se le dificulta mantener sus  bases militares en el mundo y sostener los gastos militares derivados de las intervenciones directas e indirectas en otros países. Según algunos estudiosos norteamericanos como James Petras e Inmanuel Wallerstein, Estados Unidos, socialmente hablando,  está llegando a nivel de un país del llamado Tercer mundo.
En el caso de China,  33 países de Nuestramérica integrantes de la CELAC negocian con el gigante asiático y le dan la espalda a Estados Unidos, quien, al igual que Canadá, están fuera de esta alianza. China compra oro. Estados Unidos compra dólares. China es el II socio comercial en Latinoamérica con un monto anual de  260 mil millones de dólares. Sólo la supera Estados Unidos. Para la próxima década se proyecta que China pudiera llegar a 500 mil millones de dólares de inversión en América Latina. China otorgó 102 millones de dólares a América Latina entre el 2005 y el 2013 (Instituto de Gobernanza Económica Global-Universal de Boston) y puso a disposición de la CELAC un Fondo de 35 mil millones de dólares. Xi Jinping invertirá 250 millones de dólares en América Latina, el próximo año. China se proyecta que para el 2030  superaría a Estados Unidos como el mayor socio comercial de los países en el mundo. Adicionalmente, Estados Unidos tiene una deuda con China que para 2015 alcanzaba la cifra de aproximadamente 2017 billones de dólares.
Por otro lado, China financia, en Nicaragua,  la construcción del canal que uniría al océano atlántico con el pacífico y el Puerto de Marielito en Cuba. En este proyecto faraónico Estados Unidos no tiene participación. Al hacerse una realidad, le restaría importancia al canal de Panamá. Eso explica porqué los Estados Unidos propiciaron el golpe de Estado en Nicaragua aplicando la misma fórmula de insurgencia que utilizaron en Venezuela con las guarimbas.
Por otra parte, Estados Unidos tiene en su seno 47 millones de pobres mientras que el 1 % de la población, para el 2013, concentraba el 19,3 % de los ingresos nacionales (Buro del Censo de EE.UU, 2013). Y enfrenta serios problemas de inmigración; no solamente con las personas adultas sino también con los niños: para el 2013 fueron detenidos 38759 niños; mientras que para el 30 de septiembre de 2014, estás cifras aumentaron a  68.541 menores. Casi el doble. Hoy se reforman las leyes de inmigración para deportar a unos 52 mil menores de edad[12]; mientras que la marcha que se inició en Honduras, Centroamérica, le generará nuevos problemas con las demandas que están haciendo.
Asimismo, el gobierno de Donald Trump no goza de una alta popularidad en la población norteamericana, incluyendo medios de comunicación, organizaciones sociales diversas, población latina y negra, sectores medios, partidos políticos, científicos, intelectuales y el partido Demócrata en contra,  entre otros sectores adversos; y ha sido catalogado por buena parte de la opinión pública norteamericana como un sujeto muy torpe políticamente que lo pudiera llevar a cometer errores garrafales en sus reacciones ante sus adversarios políticos.
Por su parte Rusia y América Latina han entrado en una nueva etapa de cooperación económica, incluso de asociación estratégica, en su proceso de búsqueda de una mayor influencia en el actual sistema de relaciones internacionales, en opinión del economista ruso  Piotr Yakóvlev. "Es sintomático que el acercamiento ruso-latinoamericano se produce en un periodo de nueva guerra fría, provocado, en primer lugar, por la crisis ucraniana"[13], destacó Yakóvlev, jefe de la cátedra de Actividad Económica Exterior del Universidad de Economía Plejánov de Moscú. Rusia y América Latina, añade el catedrático, coinciden no sólo en que el actual orden internacional "no permite desarrollar el potencial de los países emergentes y limita su papel en la toma de decisiones globales clave", sino también en su visión de cómo debe cambiar el escenario mundial.
La complementariedad de la economía rusa y la de la mayoría de los países latinoamericanos, y la ausencia de controversias en asuntos importantes de política internacional,  abren, en opinión de Yákovlev, importantes horizontes de cooperación.
Pese a la influencia negativa de las turbulencias económicas globales, el intercambio comercial entre Rusia y Latinoamérica se multiplicó por tres, entre 2004 y 2014, desde los 5.800 hasta los 17.200 millones de dólares en cifras anuales. "América Latina se ha convertido en un importante mercado para una serie de productos de exportación rusos", dijo el experto, que destaca, sin embargo, que la estrategia política y económica de Moscú hacia la región radica en promover grandes proyectos de inversión, que permitirán renovar la plataforma de cooperación. A manera de ejemplo, Yákovlev citó la participación del consorcio petrolero ruso Rosneft en el Plan de la Patria de Venezuela, cuyo objetivo es duplicar la extracción de crudo, de 3 a 6 millones de barriles diarios para 2019, y que requerirá inversiones rusas por un monto de 65.000 millones de dólares."Hasta hace muy poco era imposible imaginar que grupos de negocios rusos pudieran siquiera plantearse semejantes volúmenes, colosales, de inversiones de capital en algún país latinoamericano", apuntó. Según el economista, la apuesta estratégica que ha hecho el Kremlin por intensificar las relaciones con los países latinoamericanos ha sido más que oportuna, como ha quedado en evidencia tras la adopción de las sanciones económicas occidentales contra Rusia por la crisis ucraniana.
En efecto, "Precisamente Argentina, Brasil, Paraguay, Chile y otros países latinoamericanos cuentan con los recursos necesarios para sustituir en el mercado nacional los productos de los países occidentales a los que se les ha vetado la entrada en Rusia", recalcó el catedrático. El experto se refería al embargo a las importaciones de alimentos perecederos procedentes de la Unión Europea, Estado Unidos, Canadá y otros países, adoptado por el Gobierno de Rusia en respuesta a las sanciones económicas occidentales. Sanciones que Occidente impuso por su papel en el conflicto de Ucrania.
En 2014, el valor de las importaciones de productos cárnicos desde América Latina aumentó en 500 millones de dólares respecto del año anterior, dijo Yákovlev al ilustrar el incremento de la presencia en el mercado ruso de alimentos producidos en países latinoamericanos. "Entre Rusia y los países de Latinoamérica actúan fuerzas de atracción mutua que permiten diseñar un algoritmo de interacción política y económico-comercial eficaz y conferir a sus relaciones bilaterales el carácter de una asociación madura", concluyó el economista.
Moscú apuesta a consolidar esta alianza estratégica en lo económico para los próximos años. Una relación que, por otra parte, los países latinoamericanos parecen recibir con beneplácito en un momento de menor valoración de las materias primas. Rusia ha tomado varias iniciativas de negocios en el continente. Ejemplo de ello fue el Foro Empresarial Rusia-América Latina y el Caribe realizado el pasado 29 de octubre en La Habana; escenario, que reunió a los directivos de sus principales empresas, además de periodistas y políticos.
El vice primer ministro ruso, Yuri Borísov, protagonista del foro, informó que el comercio entre Rusia y los países de América Latina alcanzó los 14.500 millones de dólares en 2017. Además, expresó que la relación comercial tiene visos de crecer en el futuro y propuso que el sector empresarial ruso explore los mercados de Cuba y el resto de América Latina "recurriendo a un modelo 'agresivo' de negocios". Rusia va a estudiar minuciosamente las posibilidades que ofrece el mercado latinoamericano. Moscú llegará allí para vender sus productos y comprar todo lo que necesita en el mercado latinoamericano", dijo a Sputnik el especialista en política internacional y director de la revista América Latina, Vladímir Travkin[14].
Yuri Borísov indicó también que Rusia está lista para transferir algunas de sus tecnologías únicas a los socios latinoamericanos como forma de impulsar los lazos con la región. El político, entre otras cosas, informó sobre la apertura de líneas de montaje de automóviles de las marcas Ural y GAZ.
Otro gigante automovilístico ruso, AvtoVAZ, anunció que está preparando un contrato para la entrega a Cuba de más de 500 autos de su marca Lada que serán usados como taxis, vehículos policiales, etc. La empresa está negociando las ventas también en Paraguay, Uruguay, Perú y Ecuador.
La empresa rusa InterRAO Export hizo públicos, por su parte, sus planes de construir instalaciones energéticas por valor de más de 1.000 millones de dólares. Se trata de cuatro unidades de generación eléctrica de una potencia de 200 megavatios cada una.
Moscú y La Habana empezarán a fabricar conjuntamente productos farmacéuticos en Nicaragua en 2019. Los funcionarios rusos fueron enfáticos al señalar que: "Rusia no verá sus relaciones con América Latina como algo adicional, sino que las considerará como algo muy importante para su economía. Habrá más visitas mutuas de delegaciones y nuevos acuerdos. Las partes seguirán cooperando en el desarrollo del transporte, en la lucha contra el narcotráfico y contra el crimen organizado", vaticinó Vladímir Travkin.
Igualmente, Rusia no utiliza la cooperación con los países de América Latina con fines coyunturales, declaró el vice primer ministro ruso durante su intervención en una sesión plenaria del foro. "No miramos a América Latina a través del prisma de los intereses geopolíticos, no la utilizamos como un campo de batalla contra alguien con el fin de lograr dividendos coyunturales a corto plazo", expresó.
Los países de América Latina, a su vez, piensan ahora en ser más independientes en la escena internacional para encontrar medios con los que defender sus intereses nacionales. En este sentido, las buenas relaciones con Rusia desempeñan un papel determinante tanto en el ámbito político como el económico, el militar y el comercial, explicó Vladímir Travkin. "Los países de América Latina, de México a Chile han buscado evitar, en diferentes etapas de su historia, colocar los huevos en la misma cesta, es decir, en la cesta de EEUU. Desarrollan sus relaciones con Washington, Pekín, Europa y, sin duda, con Moscú", continuó.
Después de la Segunda Guerra Mundial, diferentes fuerzas independientes en países de América Latina han considerado a Rusia como un contrapeso para la política de invasión de Estados Unidos, prosiguió Travkin.
Cuando Washington impone sanciones contra Moscú, los países latinoamericanos no lo apoyan. EEUU "es el país más potente del mundo, si bien ya está perdiendo su poderío". Está promoviendo sus intereses en las relaciones bilaterales con otros países. Las formas en las que Washington presiona son diferentes, ya sean políticas, militares, o incluso recurriendo a la guerra mediática. Los ejemplos más claros serían el de Cuba, Nicaragua y Venezuela, señaló Travkin. "En este sentido, es correcto decir que Rusia es un socio importante, y viceversa, porque los países de América Latina también permiten que Rusia desarrolle su política soberana, que se basa en una actitud pragmática hacia la defensa de nuestros intereses nacionales", concluyó.
Son diversos los acuerdos avanzados entre Rusia y varios países latinoamericanos: Perú,  firmó un acuerdo de asociación estratégico durante la Cumbre del Clima en París (Francia). Con Bolivia se han firmado acuerdos en materia técnico-militar.  Asimismo, se han firmado acuerdos con Nicaragua y Ecuador.

La estrategia política y económica de Rusia hacia América Latina radica en promover grandes proyectos de inversión para renovar la plataforma de cooperación. Según opina el economista y latinoamericanista ruso Piotr Yákovlev, la finalidad de Moscú es llegar a ser el socio principal de la región. Por ello, Tillerson afirma que la "presencia creciente" de Rusia en Latinoamérica es "alarmante", tras alertar también sobre China, el secretario de Estado de EE.UU. aseveró que la región "no necesita nuevos poderes imperiales". Pareciera que le preocupa en alto grado el hecho que Rusia acreciente su  presencia en el continente. Esto no es solo un malestar del secretario de Estado de EE.UU, esta declaración se produce en un contexto en el cual los Estados Unidos han tomado un conjunto de sanciones contra Rusia con la excusa del conflicto en Ucrania; con lo que simbólicamente quieren dejar claro a las demás potencias que ellos son los mandamás del mundo; pero también puede interpretarse como una política defensiva tendente a obstaculizar la presencia de Rusia en la Región Latinoamericana.

Pero la lucha es reñida porque  los rusos se han percatado que, América Latina y el Caribe se están convirtiendo en uno de los núcleos de un mundo policéntrico, ha declarado el canciller ruso, Serguéi Lavrov, en una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo de El Salvador. No olvidemos que el policentrismo o el multilateralismo es una política estratégica impulsada por Rusia, China y otro conjunto de países a los fines de lograr un mundo más democrático, soberano, de paz y respeto que supone debilitar la incidencia de los Estados Unidos con su política recolonizadora sobre el resto del mundo.

Este es el cuadro general de los recursos naturales del continente entre los que resaltan: minerales para hacer viajes espaciales, petróleo y biomasa; además de otras ventajas geopolíticas y geoestratégicas que no tienen otros; lo que hacen de América un continente apetecible para los intereses de los Estados Unidos, de China y de Rusia. Estas son las razones por las cuales sostenemos que  América latina será el continente de grandes y complicadas disputas entre estas potencias y sus aliados por el control político-económico y militar del mismo que no es nuevo sino que, de ahora en adelante, la lucha será más encarnizada. El territorio árabe, le secundaría en esta disputa por el abundante petróleo que posee.

 En el centro de esta disputa están Venezuela y Bolivia quienes representan experiencias de vida – más allá de las críticas que podamos hacerles- distintas a las propagadas por los apologetas del neoliberalismo; porque su existencia está diciendo “que otro mundo es posible”  y ello sería un mal ejemplo para los dueños del capital y del mundo que han vendido a la sociedad liberal como la única forma  de vida posible. Han difundido en el siglo XXI ese fundamentalismo construido en el siglo XVIII como algo inmanente a los seres humanos. Han naturalizado a la sociedad liberal. Ante ello debemos decir que no existen sociedades imperecederas. Todas tienen una existencia histórico-concreta y los seres humanos podemos construir, creando condiciones  posibles, las sociedades que aspiramos. No es que hay un fin de la historia que nos condena a vivir en el capitalismo neoliberal  imperialista; sino que hay una historia sin fin.

Algunas inferencias:
-          Por todas las riquezas y potencialidades que tiene América Latina,  las disputas entre las potencias se agudizarán en el continente por el control de las mismas. En esta lucha, Estados Unidos exhibe una gran potencia militar ante sus adversarios; pero una debilidad económica por la situación en la que se encuentra el dólar y su industria. China y Rusia, en cambio,  no es desdeñable su potencia militar conocida hasta ahora pero exhiben una gran capacidad económica junto con sus aliados. El control político-económico del continente dependerá, en gran medida, de la capacidad que tengan los bloques de poder en pugna para construir alianzas duraderas que vayan más allá de los gobiernos de turno; y de la actitud que asuman los pueblos del continente para escoger entre  los proyectos políticos  que esgriman los aspirantes a  gobernar. La oferta no es tan amplia porque la disputa está entre las propuestas neoliberales esgrimidas por la derecha latinoamericana,  como parte de un solo proyecto transnacional y las propuestas populares enarboladas por la izquierda desarrollista.
-          En el centro de esta disputa está Venezuela y Bolivia; pero por sus riquezas y lo que políticamente ha representado para el continente y el mundo, Venezuela será el territorio más apetecible y disputado. Estados Unidos hará todo lo que sea necesario y recurrirá a cualquier fórmula, dentro o al margen de la ley,  para ponerle la mano a Venezuela; mientras que Rusia y China jugarán un papel de contrapeso de los Estados Unidos usando su poder para evitar, en la medida de lo posible, salidas en el campo militar. Ambas potencias jugarían al desgaste económico y social de los Estados Unidos y a la creación de una correlación de fuerzas políticas que les sea favorable en el continente. En este campo las alianzas serían diversas y prágmáticas.
-          Una intervención militar, directa o indirecta, de los Estados Unidos en Venezuela pudiera generar una continentalización del conflicto en el cual los pueblos del continente pudieran derrumbar a los gobernantes más lacayos a la potencia del norte; y eso, aunado a los conflictos internos y en una guerra larga, de movimiento y sostenida en la estrategia de “Guerra de todo el Pueblo”,  pudiera marcar el inicio del fin de los Estados Unidos como potencia. Sería la primera vez que EE.UU. pelee en su territorio y con iguales a ellos. Sobre el particular, pareciera de vital importancia trabajar por la Unidad de los Pueblos Latinoamericanos, con o sin gobiernos, extensiva a los pueblos del mundo.
-          Vladimir Ilich Lenin aconsejaba que las guerras de rapiña por control de territorios y saqueo de las riquezas de los países, había que transformarla en guerra revolucionaria de liberación, pasando a la contraofensiva y llevarla hasta diezmar al enemigo invasor.
-          El otro escenario de disputa lo representaría el medio Oriente por el control del petróleo.
-          Con el apoyo que brindó Estados Unidos y sus acólitos al auto- juramentado  Juan Guaidó y,  seguramente, el nombramiento en el exterior de todo un sistema institucional paralelo, en un grosero golpe de Estado, dirigido por la potencia del norte; acto éste rechazado por el bloque de países contrarios a la política norteamericana, esta disputa se acelera. Ello plantea seguir de cerca el curso de este complejo proceso para contribuir a alumbrar el camino y emprender las políticas que sean necesarias para hacer respetar nuestra Constitución, nuestra soberanía y nuestra autodeterminación como pueblo.

NOTAS


[1] https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201608271063088580-oro-mineral-valioso/
[2] CEPAL, Desarrollo de los recursos mineros en América Latina. Disponible en: file:///D:/América%20Latina/Riquezas%20mineras/Desarrollo%20de%20los%20recursos%20mineros%20de%20América%20Latina.p

[3] Los principales proyectos mineros de Latinoamérica. Disponible en: http://www.latinomineria.com/reportajes/los-principales-proyectos-mineros-de-latinoamerica/

[4] VELÁSQUEZ,  Ángel, Ataques contra Venezuela, Constituyente y lo que pudiera venir, disponible en: https://www.aporrea.org/actualidad/a247947.html. También consultar: www.indocracia.blogspot.com

[5] Si bien ningún organismo ni economista de prestigio internacional ha declarado que China es la primera potencia económica mundial actualmente, nosotros si lo sostenemos; porque desde el 2014 en adelante el PIB  anual de China ha sido mayor que el de los Estados Unidos. Además, China ha desplazado a Estados Unidos de algunos mercados sobre todo en productos electrodomésticos y electrónicos.

[6] EL País. Estados Unidos y la Unión Europea chocan por la política de defensa. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2018/02/13/actualidad/1518560973_645858.html

[7] Ibídem
[8]ARANA ISMAEL,  China y Rusia apuntalan su relación frente a los desafíos de EEUU, El Mundo, 8 JUN. 2018, Hong Kong. Disponible en: https://www.elmundo.es/internacional/2018/06/08/5b1aa595e2704e6d068b45e0.html

[9] VELÁSQUEZ,  Ángel, Gobierno planetario, gastos militares y soberanía de los pueblos. Disponible en: www.indocracia.blogspot.com p. 5.

[10] Datos tomados de la pág.: https://www.hispantv.com/noticias/economia/363150/gasto-presupuesto-militar-aumento-eeuu-guerra-friaestadounidense de la clase AUSS John S. McCain
[11] Ibídem
[12] Navarro, Ingrid; U.N. 1 febrero de 2015, p. 42

[13] El Mundo. Rusia apuesta a ser el socio principal de América Latina. Disponible en:

 https://www.elpais.com.uy/mundo/rusia-apuesta-socio-principal-america-latina.html
[14] Sputnik. Rusia y América latina, socios y amigos para siempre. Disponible en: https://mundo.sputniknews.com/politica/201810301083095404-relaciones-bilaterles-entre-rusia-y-america-latina/