domingo, 27 de febrero de 2011

DEL 19 DE ABRIL DE 1810 AL 27 DE FEBRERO DE 1989: RUPTURA CON EL ORDEN BURGUÉS DE DOMINACIÓN.

Por:
Ángel Custodio Velásquez

El 27 de Febrero de 1989 tiene un antes y un después. Un antes en el cual vamos a encontrar elementos claves para acercarnos a su explicación y un después que permite ubicar su proyección hacia el proceso político de finales del siglo XX.
El antes, nos retrotrae al momento en que Venezuela nace como República; proceso posibilitado por la convergencia de: la situación de España en el siglo XIX que no era una metrópoli sino un país esencialmente agrícola cuya riqueza económica fundamental provenía del comercio con sus colonias; y de industrialización incipiente. A esta realidad se le sumaron los efectos desastrosos de las guerras contra Francia (1793-1795); Inglaterra (1796-1802); Portugal (1801-1802); Inglaterra (1804-1808) y de nuevo Francia (1808-1813). Guerras en las que perdió hombres, recursos y el poder sobe las colonias disputadas por las potencias emergentes.
Asimismo, las contradicciones entre las clases sociales y sectores de clases existentes en la sociedad colonial de la provincia de Venezuela: la contradicción entre la oligarquía dueña de la tierra y el Estado monárquico español; la contradicción entre esta oligarquía y los sectores explotados y sin derechos políticos: indígenas, esclavizados, un sector mayoritario de los pardos, los blancos pobres sobre todo canarios y sus descendientes; el peonaje formado por indígenas y mestizos libres el artesanado de las ciudades compuesto por mestizos libres y los inmigrantes pobres provenientes de Europa; la contradicción entre la fracción oligárquica propietaria de la tierra y la fracción de comerciantes. A esto se sumó el acumulado político de los levantamientos previos: la insurrección de José Leonardo Chirino: en la serranía de Coro en 1795; el Movimiento de Manuel Gual y José María España, admiradores de la Revolución Democrático-burguesa en Francia y la expedición de Miranda. La conjugación de estos factores que debilitó el poder monárquico, contribuyeron a que el 19 de abril 1810 se produjera una ruptura con el Estado monárquico español y en 1811 se formalizara jurídicamente. No hubo independencia porque la aristocracia territorial criolla, quien asumió el poder, mantuvo lazos de sujeción con España, pero surgieron nuevas contradicciones. De allí en adelante, los sectores pobres de la población, quienes eran mayoría, continuaron viviendo grandes penurias en un siglo de violencia, de grandes confrontaciones sociales donde destacan: la guerra de independencia, la guerra federal, confrontaciones entre caudillos, proliferación de montoneras, hasta alcanzar el siglo XX, en el cual si bien culminaron las guerras con la creación del Estado que contribuyó a la unificación del país en el gomecismo, los golpes de Estado y los gobiernos autoritarios formaron parte de los procesos políticos del país durante las primeras 5 décadas del siglo XX.
En 1958 la insurgencia del movimiento popular y revolucionario produce la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, se inicia una nueva fase de un mismo proceso. Esta vez una nueva élite que nace del Pacto de Punto Fijo, conformada por los líderes de Acción Democrática, Copei y URD, se instalan en el poder e imponen un Modelo de Gobierno bipartidista, autoritario, Democrático- representativo, pro-imperialista y fundado en la distribución desigual de la renta petrolera que tenía como beneficiario a los grupos económicos, mientras que a las grandes mayorías les llegaba una parte miserable de esa renta. Pero también este Pacto suponía aplastar la disidencia de izquierda y al Partido Comunista, quien no participó del Pacto y, por el contrario, lo enfrentó. Los acuerdos del Pacto fueron reflejados en la Constitución de 1961, año a partir del cual Rómulo Betancourt, como presidente, suspendió las garantías constitucionales medida que extendió a todo su mandato. El PCV y el MIR (nacido de AD), asumieron la lucha armada y se extendió una ola represiva por todo el país; mientras tanto la situación de hambre y miseria era contenida con medidas populistas que se fue gestando y el petróleo se lo llevaban las empresas norteamericanas a precios de gallina flaca. En estos años las luchas del pueblo fueron una constante por la conquista de las libertades democráticas, la defensa de derechos humanos y por reivindicaciones económicas, sociales y políticas.
Entre la década de los 60 y 70 fracasa el modelo de sustitución de importaciones, se agota el viejo modelo de acumulación de capital fundado en la industria automotriz y química, surgen las Tecnologías de información-comunicación (TIC) como nuevas tecnologías punta y se instala, desde los países centros hacia los años 80, el modelo neoliberal. La economía de mercado se le impone al mundo. Las acciones del movimiento popular fueron apagadas con saña: masacres de Cantaura, Yumare y el Caño la Colorada.
En este marco, el gobierno de Carlos Andrés Pérez II, atendiendo a los dictados del Fondo Monetario Internacional, impulsa el Plan de Ajustes Macroeconómicas conocido por el pueblo como “el paquete de CAP”. Estas medidas que implicaron: el aumento del costo de la vida a un pueblo que había perdido su capacidad de consumo y los servicios públicos más elementales; que contrastaba con la vida de opulencia llevada por CAP y sus gobernantes sumada a la grave situación de vida acumulada durante los gobiernos anteriores, rompió la paciencia del pueblo y el 27 de febrero de 1989, aprovechando la chispa del aumento del pasaje, salió en estampida a la calle a apropiarse de la comida, negada por siempre, y de los productos que tanto le incitaban a consumir por los medios de comunicación de masas a los cuales no tenían acceso. Muchos fueron los muertos, heridos y lisiados. Las élites económicas, políticas, militares y eclesiásticas dominantes ordenaron al gorilismo que anidaba en parte de las altas esferas del ejército, masacrar al pueblo. La insurgencia popular fue controlada, pero la conciencia política se extendió. En consecuencia, el 27 de febrero marcó, por primera vez en nuestra historia, el primer punto de quiebre con los rudimentos de Estado liberal-burgués heredado de la colonia y el inició, aunado al levantamiento militar del pueblo con uniforme el 4 de febrero de 1992, de un punto de quiebre con el modelo de dominación de los grupos económicos que hasta el momento se habían turnado en el poder a lo largo del siglo XIX y el XX, que se hace definitivo con el triunfo electoral en 1998 del hoy presidente Hugo Chávez Frías.
Pero el 27 de Febrero dejó un conjunto de enseñanzas para la historia: 1) las aparentes luchas espontáneas son, en esencia, luchas políticas. El hecho que no esté orientado por un partido, no le quita su carácter político. El 27 de Febrero fue un pronunciamiento político del pueblo con la particularidad que primero trató de resolver sus necesidades negadas, pero estremeció los cimientos del poder; 2) los pueblos aprenden en días de insurgencias, mucho más de lo que aprenden en años de pasividad; 3) los levantamientos populares no se deben estudiar como hechos aislados sino como parte de los acumulados políticos históricos. La conciencia política hecha hombre y mujer construida desde los años 60 del siglo XX y quizás antes, también posibilitó el 27 de Febrero. Queda por delante a las generaciones presentes contribuir a la construcción de una sociedad humana, como el mejor homenaje a los caídos el 27 de Febrero de 1989.

martes, 8 de febrero de 2011

OLIGARQUÍA APÁTRIDA AYER Y HOY

Por:
Ángel Custodio Velásquez

Cuando observamos el comportamiento de la burguesía venezolana,  apoyando de manera irrestricta y sin la más mínima vergüenza, a cualquier agresión extranjera a nuestro país, venga de donde venga, esa posición no se explica sólo por el odio que sienten contra el proceso revolucionario y el Presidente Chávez, toda vez que jamás pensaban que  el Socialismo que ellos han criminalizado, pudiera dar buenos resultados en Venezuela, y de paso los ha llevado a perder sus  privilegios. Esta actitud apátrida está asociada a problemas estructurales de coloniaje mental de cómo se ha construido el imaginario social de esta clase social a lo largo del proceso histórico venezolano.
            I.- El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla se Inició con España
            Recordemos que las élites de poder en Venezuela nacieron ligadas  a la tierra pero dependientes políticamente de la monarquía española, como uno de sus primeros lazos de sujeción al dominio extranjero. El Estado monárquico español legalizó la encomienda como  empresa colonizadora en la cual participaron españoles, blancos y  la iglesia. Estos sectores bajo la figura de encomenderos no sólo domesticaron a la población indígena sino también los despojaron de sus tierras y los esclavizaron. La encomienda permitió a los encomenderos, reservarse la propiedad de la tierra arrancada a los indígenas.
Hacia 1810, cuando se produce la ruptura política con el Estado monárquico español, las élites dominantes estaban compuestas mayormente  por hacendados y comerciantes. Después de formalizada jurídica y políticamente la ruptura con la monarquía española el 5 de julio de 1811,  la élite que se había constituido, ahora concentra el poder económico pero también el político.
La reconquista de la colonia venezolana reiniciada por España, hace que Bolívar ejecute el Decreto de Haberes Militares en 1817, el cual consistía en otorgar la tierra como bien nacional a todos cuanto participaran en el proceso por la independencia de Venezuela, condicionando su entrega a la jerarquía militar que se obstentara para el momento de producirse la emancipación.
II.- La Oligarquía Colonizada nace Asociada a la Tierra Arrancada a los Indígenas.
Es por ello  que algunos  Generales acumularon grandes extensiones de tierras y se volvieran  verdaderos latifundistas. Es el caso del General José Antonio Páez quien entre 1824 y 1830 no sólo acumuló tierras sino también poder que le sirvió para enfrentar a Bolívar y, junto con Santander y la oligarquía colombiana, contribuir al fracaso al proyecto de Unidad de Colombia. Ellos representaban un proyecto de élites no de igualdad social como proyectaba Bolívar; proyecto de gran importancia geopolítica para el momento como única posibilidad cierta  para enfrentar al gran imperio del Norte que ya desde aquellos tiempos amenazaba con colonizar  al continente.
Como parte del desarrollo del capitalismo en Europa y la lucha por nuevos territorios y mercados, a partir de 1821 el comercio europeo tiene una  presencia significativa en nuestro territorio a través de alemanes, ingleses, franceses y holandeses. Es harto conocido que los europeos y, particularmente, los ingleses financiaron parte del proyecto de emancipación por cuanto estaban interesados en apropiarse de las ex colonias de España para convertirlas en nuevos mercados de consumidores de las mercancías que producía su pujante industria y para sustraer materia prima.
A raíz de la muerte de Bolívar  y la conformación de la República de Venezuela en 1830 con todo su desencadenamiento sociopolítico,  el alto comercio que venía actuando desde antes, ya para 1835 había  desplazado a la clase latifundista de algunas esferas del poder porque también se  apropiaron de  parte de sus tierras a través de la legalización de la usura con diversas Leyes de Empréstitos a favor de los comerciantes, dictadas por el Estado liberal. Esta práctica de usura desarrollada por el alto comercio, con anuencia del Estado, genera una gran contradicción con los terratenientes que se ven despojados de sus tierras.
III.- El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla Continua con Inglaterra
No obstante, estas clases propietarias hegemónicas, con toda la concentración del poder,  lejos de constituir una propuesta de República Autónoma y soberana;  y con más de 330 años de coloniaje encima, amarra, por segunda vez, sus nuevos lazos de dependencia a Inglaterra. Ya para finales de la primera mitad del siglo XIX esta aristocracia incorpora a Venezuela al mercado mundial en el marco del llamado Modelo Primario Exportador en el cual Venezuela envía a Inglaterra materia prima y de allá venían productos elaborados, como parte de una nueva División Internacional del Trabajo. En esta nueva sujeción al capital internacional, la aristocracia territorial criolla  se pliega al liberalismo económico dominante en Inglaterra desde la segunda mitad del siglo XVIII, y hereda el modelo de Estado liberal-burgués dominante en Francia desde los tiempos de la Revolución Democrático-burguesa iniciada en 1789.
A partir  del momento en que se constituye la República y a lo largo de lo que resta del siglo XIX, la aristocracia territorial criolla compuesta mayormente por altos comerciantes prestamistas y terratenientes,  emprende una lucha a muerte por el control de la tierra y el poder político, contradicción que  también involucra un sector de comerciantes  que se alían al alto comercio en calidad de socios menores; lucha que  va a atravesar todo el siglo XIX hasta inicios del siglo XX, largo período de guerras civiles y en donde resaltan: las insurrecciones campesinas de 1846 y 1848,  la Guerra Federal (1859-1863) la cual, atizada por la crisis mundial de sobreproducción del capitalismo para 1855, contribuyó, entre otras cosas, a romper algunas distancias entre esa aristocracia y el pueblo excluido, oprimido y de relaciones de trabajo de servidumbre; pero también a la proliferación de caudillos regionales y locales.
IV.- El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla se Profundiza ahora con su Dependencia de los Estados Unidos
Hacia el siglo XX, con la explotación petrolera fruto de las concesiones otorgadas por el General Juan Vicente Gómez a Estados Unidos, seguida por López Contreras, y el tránsito de la economía agrícola a una economía fundada en la renta petrolera, los nuevos grupos económicos que surgieron amparados en dicha renta y que se confrontan a lo interno a través de dos proyectos políticos: uno democratizador impulsado desde el Estado por Isaías Medina Angarita (1941-1945) y otro que aspiraba seguir usufructuando las riquezas del país a la vieja usanza pero aliados con el gran capital norteamericano.  A partir del momento en que Medina es derrocado con un golpe de Estado dirigido desde los Estados Unidos y ejecutado por Acción Democrática (1945),  los grupos económicos y sectores políticos que dirigen el país, establecen las bases de una tercera sujeción al gran capital, esta vez norteamericano, como siempre, en calidad de socio menor.  Esta nueva dependencia del capital extranjero que se inicia con el trienio adeco, se va a remontar hasta 1998 que con el triunfo del Presidente Hugo Chávez y la promulgación de  la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999, se abre un nuevo horizonte político orientado a romper los lazos de dependencia del imperialismo norteamericano y de los grandes centros de poder mundial, la defensa de la soberanía y la construcción del socialismo bolivariano.
V.-De 500 Años de Coloniaje Mental, no se Podía Esperar otra cosa: Oligarquía Colonizada, Oligarquía Apátrida.
Como es notable, son 500 años  de coloniaje que han tenido los grupos oligárquicos venezolanos que se turnaron en el poder plegados, como la rémora al tiburón, al gran capital internacional; por tanto son sectores que en el proceso de la construcción histórica de su imaginario social, se han pensado siempre dependientes de grupos económicos y países extranjeros; su idea de desarrollo y  progreso la asocian a las ataduras que puedan tener con el capital extranjero; siempre han mirado hacia afuera. Sólo han mirado hacia adentro para ver qué recursos entregan a sus amos externos. Se piensan inferiores a los grupos económicos extranjeros; se manejan con una concepción inmediatista y pragmática de la vida. Validan la importancia del otro por lo que poseen no por lo que son y se relacionan con el otro a través de la hipocresía. No quieren al país porque nunca construyeron  una identidad nacional ni un pensamiento propio, pero tampoco son ciudadanos cosmopolitas ni cultos; simulan serlo. En su tiempo se limitaron a copiar modelos, comprar todo afuera y a estar al día en el consumo de las últimas baratijas y enlatados culturales que venían de Europa o los Estados Unidos. Vivieron del Estado y hoy lo critican. Su diplomacia sirvió para entregar nuestro territorio al extranjero; por eso critican que se asuma hoy una posición digna y firme ante cualquier  agresor.
VI.-Durante  500 Años de Coloniaje, Hubo un Estado Complaciente al capital,  una élite Eclesiástica corresponsable de la Dominación y no se Construyó identidad Nacional.
Es curioso que desde 1498 hasta 1998 el papel del Estado siempre estuvo al servicio del gran capital nacional e internacional, no construyeron  nación (identidad e historia) y la alta jerarquía eclesiástica como parte de las élites de poder que también contribuyeron a la dominación y a usufructuar las riquezas del país, siempre ha estado de lado del gran capital y muy lejos de Cristo y de los pobres, al igual que la élite militar que  acompañó a esas oligarquías en su tiempo.
VII.- Oligarquía Apátrida Busca Padre protector
Estos grupos económicos apátridas se sienten huérfanos y buscan un padre salvador representado hoy en la élite que dirige a  los Estados Unidos. Hoy no tienen nada que ofrecer al pueblo venezolano porque nada construyeron; se sienten desconcertados y en decadencia porque lo que ellos creyeron no funcionaba, dio sus frutos. Perdieron sus privilegios y por eso expresan odio y  desespero. Su  frustración los lleva a que  siempre estén de lado de quienes de algún modo pretendan agredir a nuestro país y ruegan que los Estados Unidos invada a Venezuela a ver si recuperan lo que creen haber perdido.
 Esta situación es extensiva a la mayoría de las oligarquías de  este  continente; incluso la oligarquía colombiana; oligarquías que  tienen las mismas raíces históricas; por eso es que  están imposibilitadas de dirigir cualquier país y gobernar para las mayorías porque desprecian a los pobres.
Los tiempos actuales donde está en juego el futuro del planeta, reclaman otro sujeto histórico. Por eso en América Latina vivimos  el tiempo de los pueblos