viernes, 12 de octubre de 2018


GOBIERNO PLANETARIO, GASTOS MILITARES Y SOBERANÍA DE LOS PUEBLOS
Por:
Ángel Custodio Velásquez


En todas las sociedades divididas en clases,  sectores sociales, castas, entre otras, los grupos dominantes se han sostenido en el poder utilizando   la violencia, ejercida por  élites  a través del Estado,  sobre los sectores subalternizados. El uso de la violencia como instrumento para mantenerse en el poder, sus variantes y formas se  exacerbó con el desarrollo de la técnica,  a partir de los inicios del capitalismo. “Se ha establecido como inicio del capitalismo comercial o edad moderna: desde finales del siglo XV hasta mediados del siglo XVIII. Esta división, si se quiere arbitraria, toma como punto de partida, para   algunos, la invasión de Constantinopla por los turcos en 1453, y,  para otros, 1492, año de [la invasión al continente de América por los europeos]” [1].

En efecto, el inicio del capitalismo arranca en el corazón y con la crisis del régimen feudal:  “(…) Tras alcanzar su apogeo entre los siglos XI y XIII,  el feudalismo entró     en una prolongada crisis: el trabajo servil se hizo improductivo, el hambre invadió  las regiones rurales de Europa, el crecimiento de las ciudades erosionó la posición privilegiada del campo, la manufactura arruinó a los talleres artesanales y la acumulación de dinero en manos de mercaderes y banqueros entró     en    contradicción con el fraccionamiento feudal.  La expansión del comercio impulsó la creación de espacios políticos y económicos que trascendieron los feudos y apuntaron a la  formación  de  lo que serían después las naciones burguesas” (Regalado; 2006, p. 4). Las nuevas élites de poder impulsaron su proyecto expansionista allende los mares en búsqueda de minerales preciosos y nuevos mercados.

Justamente, con los avances en la navegación y la invasión-colonización del llamado Nuevo Mundo, ya entrado el siglo XVI, hicieron posible la   “llegada a Europa de grandes masas de oro y plata procedentes de las colonias”[2], como parte de la expoliación de los recursos naturales hecha por Europa a América; lo que significó el etno-genocidio más grande que haya conocido la historia de la humanidad (Galeano). Todo ello a través del aparato violento, alevoso y sistemático, traído por España a América.

Por tanto, los regímenes que han expresado y expresan – inclusive hoy-  los intereses del capital, han sido en todas las épocas  y son sustantivamente violentos. Así el capital superó su fase mercantilista a sangre y fuego, con la Acumulación Originaria de Capital, utilizando el despojo de la tierra a pequeños, medianos y grandes propietarios; el tráfico de seres humanos concebidos como mercancías, desde África hacia los territorios dominados por los imperios  hegemónicos en Europa. En alianza con  la élite eclesiástica cristiana, impuso su proyecto invasor-civilizador utilizando la violencia: primero con las cruzadas en Europa,  luego con la inquisición para obligar a los “herejes” a convertirse en cristiano y después con la evangelización y el crucifijo,  suplantando el politeísmo religioso de los nativos ancestrales por el monoteísmo occidental, por una  élite cristiana que siempre ha estado, y sigue estando,  muy alejada de Dios y de los pobres pero muy cerca del capital y del poder, con un gran derroche de hipocresía  para  engañar a los pueblos con la promesa de alcanzar el paraíso celestial y la vida eterna después de su partida de la tierra. Hoy, ante la debilidad de la iglesia católica,  este papel mediatizador lo juega la iglesia protestante que se erige como iglesia universal única en el gobierno planetario, impulsado por el Club Bilderberg [3].

A estos instrumentos se agregan, la mentira, intrigas y  la infaltable violencia abierta y sistemática ejercida a través del Estado, el cual lo muestran como representante de los intereses de todos cuando en realidad representa los intereses  de los dueños del capital. Esto se complementa con un aparato ideológico construido para estupidizar a los pueblos, a través de la manipulación del inconsciente colectivo y del cerebro reptil con contenidos mensajísticos codificados para generar patologías sociales – en muchos casos- irreversibles y mantenerse en el poder. Esta es otra forma de violencia, pero sutil aplicada por el capital.

Otra forma de violencia la ejerce el capitalismo, al expropiar el trabajo ajeno de los trabajadores manuales e intelectuales, concentrar la producción y la propiedad, genera desigualdades sociales incluso entre los mismos dueños de los medios de producción. Los capitales más débiles sucumben ante los más fuertes; proceso en el que  la concentración y centralización de la propiedad y la producción comenzó con la cooperación simple, continuó con la manufactura y alcanzó la madurez con la gran industria. La industria avanzó hacia una fase  en la que surgieron los monopolios que establecieron control sobre ramas completas de la economía y se expandieron por toda la tierra. Por tanto, las dos grandes fases de la expansión del capitalismo  han sido: el capitalismo de libre competencia (hasta 1870 aproximadamente; y de economía simple) y el capitalismo monopolista o imperialismo [4] (economía dirigida). Hoy se vive una fase en la que el capital financiero se separó del capital industrial, generando una economía altamente improductiva en la que el PIB de la economía mundial lo comparten  entre el  petróleo  y los ingresos por TIC; fenómeno  que ha pasado a formar parte de la crisis estructural del capitalismo. Estas fases tienen sus diferencias  entre sí;  pero forman parte de un mismo proceso del  capitalismo en su permanente conversión en el tiempo.

 El capitalismo y su metamorfosis en imperialismo, siglo XIX-XX

Sobre la conformación del capitalismo del siglo XIX y XX,  su fase imperialista: señala Vladimir Ilich Lenin (1961):  “(…) después de la guerra hispanoamericana (1898) y de la anglo-boer (1899-1902), las publicaciones económicas, así como las políticas del Viejo y del Nuevo Mundo, utilizan cada vez más el concepto de imperialismo para caracterizar la época que atravesamos (…)” (p. 700) [5]. En efecto, el capitalismo de 1900 ya poseía la forma de imperialismo; proceso que se empieza a gestar en Europa entre las décadas 60 y 70 del siglo XIX, lo cual marca el punto culminante de desarrollo de la libre competencia.   Al respecto, Lenin agrega: (…) “el resumen de la historia de los monopolios es el siguiente:1) Décadas del 60 y 70, punto culminante de  desarrollo de la libre competencia. Los monopolios no constituyen más que gérmenes apenas perceptibles. 2) Después de la crisis de 1873, largo período de desarrollo de los cartels, los cuales sólo constituyen todavía una excepción, no son aún sólidos, aún representan un fenómeno pasajero. 3) Auge de fines del siglo XIX y crisis de 1900 a 1903: los cartels se convierten en una de las bases de toda la vida económica. El capitalismo se ha transformado en imperialismo” (Ibíd., p. 706) [6]
El expediente de la violencia la  ha utilizado el capitalismo – como se ha dicho- desde sus inicios hasta su fase imperialista-financiera-mediática actual y ha usado las más diversas formas políticas para mantener su dominio: dictaduras, fascismo, nazismo, democracias representativas y fórmulas híbridas, entre otras. Pareciera que la violencia en la medida en que ha sido ejercida con mayor atrocidad por las potencias, se ha  naturalizado.

En ese mismo orden, se habla mucho hoy de imperialismo que ha hecho de la violencia un patrimonio político y una forma de relacionarse con los demás países,   pero  se conoce poco al respecto. Algunos dicen que “el imperialismo  no existe” y otros banalizan el término con el argumento que “eso forma parte de un lenguaje anticuado que aún usa la vieja izquierda”. Igualmente hay que decir que hoy se utiliza mucho el término, sobre todo por la izquierda,  en un lenguaje panfletario y lo confunden con imperio, pero muy poca gente define lo que es el imperialismo. Eso obliga a exponer, grosso modo, qué  caracteriza a un país como imperialista. Veamos:

§  Ejerce dominio de otros países en calidad de colonias,  neo-colonias o en proceso de recolonización.
§  Controla  ramas completas de la economía a través de los monopolios que    trascienden las barreras nacionales y se extienden internacionalmente a todos los continentes y países. Muchos de esos monopolios –vueltos poderosas corporaciones- concentran más poder que muchos Estados nacionales, la Exxon por ejemplo.
§  Maneja tecnologías de punta lo que les permite fabricar productos altamente tecnificados: robots,  microchips, por ejemplo. En esto el uso de la nanotecnología,  la decodificación genética y los avances en la neurociencia procesos que no han tocado fondo, los dota de armas altamente poderosas para diseñar sus estrategias de dominio.
§  Tiene una ssofisticada industria militar que lo obliga a exportar armas; y si no hay conflictos entre países, lo promueven.
§  Existencia de Estados poderosos; con tendencia a ser  dirigido o influidos por representantes del gran capital; particularmente por las grandes corporaciones transnacionales y las élites de poder ocultas [7].
§  Existencia de numerosos, poderosísimos y sofisticados  ejércitos. Por ello, dedican alto porcentaje de su presupuesto para mantener dichos ejércitos y promover guerras. Dinero con el cual se podría sacar de la pobreza a buena parte de los 1300 millones de pobres existentes en el mundo.
§  Alta influencia económica, política, tecnológica, cultural y jurídica sobre otros países,  los organismos internacionales multilaterales, al punto que lo utilizan para sus fines expansivos.
§  El imperialismo hoy dirige al mundo a través de un gobierno planetario constituido por la ONU, FMI, BM, BID, OMC, entre otros; y los gobiernos aliados internacionales. Tienen carta blanca de la ONU  para invadir a otros países que consideren enemigos.

En lo que va del siglo XXI, se ha constituido lo que denominamos un imperialismo  colectivo delincuencial, en proceso desde inicios de la segunda mitad del siglo XX,  grupo de países organizados en la OTAN,  dirigidos por los Estados Unidos, que se consensuan –como cualquier pandilla de barrio- para invadir, bajo cualquier pretexto, a los países que no entran por el aro de su política exterior ni defiende sus intereses; o que poseen petróleo y/o riquezas minerales en abundancia o minerales estratégicos. Esta actuación imperialista quedó expresada en la invasión a Afganistán, Irak, a Libia y el asedio que le tienen a Siria con la siembra de grupos terroristas, mercenarios que asesinan a sueldo, y los bombardeos hechos por Israel y Estados Unidos en territorio sirio. Ya Estados Unidos –como jefe de la banda-  posee un mapa del Oriente Medio al cual  le definen como el Nuevo Medio Oriente; esto es, Estados Unidos con el control del petróleo y los recursos naturales y financieros de estos países, a través de gobiernos títeres que ellos imponen por la vía de la fuerza a dichos países.

Estamos en presencia de una inusitada escalada de la violencia que ha tomado la forma de  Industria de  Guerra; la cual,  al tiempo que sirve para someter al otro, es aprovechada como forma de acumulación de capital, haciéndose un negocio altamente rentable para las empresas que explotan a  grupos hiper-especializados en operaciones comandos diversos que hacen el trabajo sucio que no pueden hacer los  Estados de los miembros de la OTAN. Como lo señala Rolf Uesseler (2007)  en su libro La Guerra como negocio “Las empresas militares privadas y los ´nuevos mercenarios´. Son un fenómeno poco conocido (…) hay ciudadanos alemanes alzados en armas en medio Oriente como mercenarios de empresas norteamericanas; pero también hay empresas alemanas que contratan mercenarios en el extranjero; que el ejército alemán privatiza parte de sus tareas; que hay decenas de empresas militares extranjeras operando en suelo alemán; que los  ´nuevos mercenarios´ pueden cometer severos delitos sin temer que se les condene” (p. 1).

Añade, además, que no sólo existen algunas, sino centenares de empresas militares, que no son sólo miles de ex soldados que trabajan para estas empresas, sino que estas disponen en todo el mundo de una cantidad de colaboradores que supera cualquier expectativa. “Luchan contra guerrillas y persiguen “terroristas”; se encargan del manejo y mantenimiento de los últimos hallazgos en técnicas de guerra y administran su abastecimiento, forman ejércitos, vigilan oleoductos, desarrollan software para servicios secretos e interrogan a prisioneros” (Uesseler, p. 2).  Estas empresas representan la prolongación de la violencia de los Estados imperialistas al que la negociación y el diálogo no le son suficientes para cristalizar sus objetivos de apropiarse de los bienes y recursos naturales de otros países para mantenerse en el poder. Por eso es que hablamos de imperialismo colectivo delincuencial.

Las potencias y los gastos militares para el ejercicio de la violencia

El uso de la violencia,  cada vez mayor como instrumento de apropiarse de los bienes de la tierra y los recursos de ésta y para garantizar la hegemonía mundial como gobierno colectivo, es lo que ha llevado a un crecimiento exacerbado de los presupuestos de las potencias para gastos militares. La participación porcentual de los países en los gastos militares globales, es como sigue: EE.UU con un 42, 8%, seguido por China con 7, 3 %, Gran Bretaña con 3, 7 %; Francia y Rusia con un 3, 6 % cada uno; Japón con 3,3 %; Arabia Saudita y Alemania con 2, 8 % cada una;  India con 2,5  %, Italia con 2,3 %  y otros con 25, 3 %.
Este porcentaje del 42, 8 % de gastos de los Estados Unidos obedece a que este país tiene actualmente que mantener 587 bases militares  distribuidas en  42 países del mundo,  de las cuales en América Latina y el Caribe tiene 75 bases reconocidas, sin considerar la presencia de asesores militares en casi todos los cuarteles de esos países [8]. Las funciones de esas bases son, entre otras,  cuidar los territorios donde se han posesionado de petróleo, instalar condiciones para entrenamiento militar y punto estratégico para amenazar a sus adversarios políticos en la Región  donde estén. Igualmente, mantener un soldado de las fuerzas especiales cuesta aproximadamente entre medio millón y un millón de Euros anual sin tomar en cuenta el mantenimiento del equipo bélico altamente sofisticado.
Esta política de Estados Unidos forma parte de los ajustes de su política exterior hechos en 1997, después de la guerra del golfo, con el Plan del Nuevo Siglo Americano (PNSA), en el que se planteó como el objetivo esencial del Plan: “Transformar a Estados Unidos, en la única superpotencia en este momento, en un imperio planetario por la fuerza de las armas”. Este objetivo, supone tres (3) objetivos claves: 1) obtener el control sobre los yacimientos de petróleo para financiar todo el proyecto; 2) enviar una advertencia a todos los líderes religiosos y políticos de Medio Oriente; y 3) establecer un área de entrenamiento militar en Irak para posibilitar futuras invasiones y derrocamientos de gobiernos de la región, incluso de algunos que hoy son aliados de Estados Unidos. Estamos en presencia de una política de rapiña e imperialista desarrollada por las élites de poder que dirigen a ese país. A esta política ha incorporado al resto de los miembros de  la alianza estratégica de la OTAN.

El papel de la iglesia protestante en el impulso de esta política

 El objetivo 2 de la política exterior norteamericana de 1997,  requiere de un comentario adicional  por  el papel que le ha asignado los Estados Unidos a la iglesia protestante; proyectada  como iglesia única para el mundo, ya contemplado en los planes del Club Bilderberg. No es casual el crecimiento alcanzado por las iglesias protestantes en el continente, a través de las casas de paz del Ministerio Internacional del Rey Jesús,  que tiene como representante para América Latina al Pastor Guillermo Maldonado. Según la Historiadora  Dulce Marrufo (2017), para el  2016, la distribución es como sigue: 200.000 casas de paz en los Estados Unidos; 463.000 en Venezuela; 11542 en Argentina; 8700 en Paraguay y 3775 en Chile, entre las más relevantes. Es decir, son 687.017 casas de paz solo en los países mencionados Sin embargo, en España estaban proyectadas construir 2050 Casas de Paz antes del 2017 [9].
Llama la atención que del total de las casas de paz mencionadas, el 67,39 % de ellas, para el 2016,  se habían construidos en Venezuela. Esto pudiera explicar el agresivo proceso de evangelización que se lleva adelante en el país que crece en las instituciones públicas y del Estado venezolano, en esferas del gobierno, en organizaciones sociales afectas al gobierno y en las bases del chavismo,  con lo que se ha neutralizado  a cuadros y militantes otrora revolucionarios los cuales  no quieren saber nada del chavismo ni de revolución porque “sólo Cristo nos salvará”. En PDVSA y, particularmente, en el Complejo de Refinamiento  Paraguaná (CRP) se pudo constatar este fenómeno,  denunciado en el 2011  sin resultados visibles.
Este fenómeno social pudiera explicar el protagonismo político en los procesos electorales que vienen teniendo los Pastores evangélicos en América Latina ante el agotamiento de los liderazgos tradicionales y el avance de la política exterior norteamericana  contra los llamados gobiernos progresistas en la Región. No es casualidad la  participación de un Pastor evangélico en las últimas elecciones a la Presidencia de la República  en Venezuela, el control incresento  de emisoras comunitarias tipos FM y de canales en televisoras por cable  privadas por parte de diversas tendencia religiosas, en un potente derroche de dinero. También es llamativa la cantidad de funcionarios públicos con altos cargos en la administración pública que en sus discursos uno no sabe si  habla un pastor evangélico o un sujeto político de Estado.
Asimismo en Brasil se tiene el fenómeno político de   Bolsonaro. Llegó tan alto-según algunos analistas -  porque las iglesias evangélicas  jugaron un papel clave en la campaña; las cuales  son una fuerza política respetable: “Controlan una quinta parte de la Cámara de Diputados. Los evangélicos distribuidos en diferentes expresiones de la fe (pentecostales o neopentecostales, bautistas, presbiteranos) orillan el 29 % de la población y siguen todavía de lejos a la feligresía católica mayoritaria. Hasta 2015 y solo a la Iglesia  Universal del Reino de Dios (IURD) fundada en 1977 por dos cuñados, se le atribuían unos 6.000 templos en todo Brasil. Macedo sigue a su frente, aunque no su cuñado que en 1980 fundó la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Los fieles tienen fijado un diezmo que se calcula en el 10 % de sus ingresos. Ahí radica la fortaleza económica de las más poderosas iglesias evangélicas. En mayo de 2016, el pastor y líder del Partido Social Cristiano (PSC) Everaldo Días Pereira, bautizó a Bolsonaro en el río Jordán durante una visita a Israel. De allí en adelante  el diputado y militar retirado,  que hizo campaña basándose en su credo xenófobo, misógino, homofóbico, quedó bautizado y convertido en evangélico. Mientras tanto, en Argentina la IURD se expandió con un aparato de comunicación que se sintetiza en tres palabras: Pare de sufrir, un clásico de las madrugadas televisivas [10]. 
Entre los elementos que posee el protestantismo como política  para ganar adeptos,  son las técnicas de marketing y de control social.  Con la sistematización de información  sobre psicología, sociología, antropología, han aplicado técnicas de control religioso sobre la feligresía. Koch las resume así: “las técnicas de control social que soporta el mundo desarrollado a estas alturas de la historia han alcanzado un refinamiento y una sutileza dignos de admiración, si no fuera por los perversos propósitos para las que son utilizadas. Podemos resumirlas en la teoría de las tres d: distraer, disgregar y disminuir” [11]

 Este fenómeno no se puede confundir con el proceso que se produjo en Centroamérica con la Teología de la Liberación en los años 70-80; ni tampoco justificarse con el argumento de la “libertad de culto” ni el respeto de “la diversidad religiosa” existente en Venezuela, con lo que estamos de acuerdo. Se trata de una política bien clara, financiada y dirigida desde los Estados Unidos a diezmar la base social y política de los llamados gobiernos progresistas en el continente [12] con miras a  derrocar a esos gobiernos, implantar su fundamentalismo neoliberal y restarle apoyo político a China y Rusia en el contexto de la disputa  geopolítica regional y mundial. La mayoría de estas tendencias religiosas tienen origen en EE.UU. La “libertad de culto” la respetamos; pero no debe ser utilizada para conspirar ni promover fórmulas políticas neo-fascistas. Tampoco se puede seguir jugando al ingenuo. El capital no tiene ideología, ni moral, ni fórmula política única; su territorio es aquel en el que se pueda reproducir y mantenerse y se vale de cualquier instrumento para controlar el poder para sus fines y para ello utiliza hasta Dios. ¿Es que acaso no se aprendió con las alianzas entre capital y delincuencia  en Venezuela y Colombia, a propósito de las guarimbas?
Retomando los gastos en armamento, en el caso de China que tiene un presupuesto muy por debajo del de Estados Unidos (7, 3 %),  y de Rusia (3, 6 %) , se debe a su política exterior cimentada en el respeto mutuo  y el   principio de la autodeterminación de los pueblos, es una política más defensiva que  ofensiva; por lo menos en este momento.
Igualmente,  los gastos militares por Región entre 2001 y 2010, en miles de millones de dólares. Resalta América del Norte con el mayor gasto militar creciente hacia el 2010, seguido por Europa, Asia y Oceanía, Oriente Próximo, América Latina y África. Ello responde a la necesidad de los Estados Unidos de mantenerse como hegemón del mundo y, particularmente, hacer esfuerzos por mantener a América como su patio trasero.  Hoy esta política es más feroz por la disputa que le hacen China y Rusia en el terreno comercial. China pasó a ser el segundo socio comercial en el continente después de los Estados Unidos y se proyecta ser el primero  para el 2030.

En lo que respecta a los gastos militares (medidos en millones de USD) en América Latina, los países con mayores gastos militares para el 2009 fueron: Brasil con 26.077 USD; Colombia con 9512 USD; Chile con 5372 USD; México con 4762 USD y Venezuela con 4186 USD (ver cuadro 2). La cuantía de estos gastos se ha mantenido en el tiempo más aún con la política injerencista que mantiene Estados Unidos en los países considerados progresistas en la Región.

Esto adquiere una mayor importancia con la agresión permanente que mantiene Estados Unidos contra Venezuela, con la incorporación de Colombia a la OTAN y la política anti-popular y guerrerista de Ivan Duque contra el pueblo venezolano; y la utilización de los gobiernos aliados en la Región como es el caso de Brasil y Argentina, que amenazan con incursionar en territorio venezolano por la parte sur de Venezuela.

En lo que respeta a la compra de armamento por regiones (en millones de USD) para el 2009, resalta América del Norte con 680.000 USD; América del Sur con 51.800 USD y América Central con 5600 millones de USD. Son muy dispares los gastos entre América del Norte y América del Sur. En esta disparidad resalta el armamentismo en el Norte y, en particular, los Estados Unidos que no sólo cuentan con una sofisticada industria de armamento sino también por su política injerencista hacia el resto de los países del continente. Cabe resaltar que Estados Unidos entre el siglo XIX, con la Doctrina Monroe y el siglo XXI,  ha intervenido militarmente,  en forma directa,   más de 50 veces en el continente. Las indirectas siguen en la penumbra.

Los gastos militares mundiales  en el 2018
El Informe  anual sobre presupuestos de defensa ‘Janes Defence Budgets’ elaborado recientemente por la empresa IHS Markit, indica que el gasto mundial de defensa creció en 2018 por quinto año consecutivo y alcanzará el 1,67 billones de dólares, recoge el portal Business Wire. Alcanzaría el  nivel más alto desde la Guerra Fría.
El récord del año 2010 fue de 1,63 billones de dólares - recuerda el informe- estimando en 3,3 % el aumento del gasto de defensa mundial, la tasa más alta en la última década.
“El aumento de los gastos militares (…) es una respuesta a la continua inestabilidad en una serie de regiones clave”, ha dicho la analista principal de IHS Markit, Fenella McGerty. Asimismo, el financiamiento de la compra de equipos militares también creció de 295.000 millones de dólares en 2017 a 315.000 millones en 2018, tal como precisa el estudio.
El aumento de gasto de EE.UU. desde 2008, ha ido en aumento y es considerado la causa principal del mencionado incremento de presupuestos de defensa en todo el mundo; mientras que comparando con Rusia, ésta  ha disminuido sus gastos militares en 2017 por segundo año consecutivo.
A pesar  que EE.UU. cuenta con el presupuesto militar más grande del mundo, las autoridades de ese país demandan que se destine más en defensa. Mientras que "El presupuesto de defensa (de Rusia) es ahora un 10 por ciento más bajo que su máximo de 2015 y se espera que se reduzca en un 5 % en el (2018)”, según Craig Caffrey, analista principal de ‘Janes Defence Budgets

Asimismo se prevé que Europa oriental será la región de más rápido crecimiento de gastos militares en el mundo. Este hecho se debería a los momentos tensos de las relaciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia y el acto de la Alianza Atlántica de militarizar Europa ante lo que llama la “amenaza rusa”.
Por otro lado,  los gastos militares de la región de Asia y el Pacífico  disminuyeron en 2017, experimentando su tasa más baja desde 2010. Tras  una reducción en 2016, el gasto en defensa volvió a crecer en el Oriente Medio y el Norte de África en 2017, mayormente debido al aumento del presupuesto militar de Arabia Saudita [13].
En síntesis, la violencia, en sus diversas formas,  ha sido una herramienta utilizada por el capitalismo  en las diversas épocas, hoy naturalizada,  para mantener su hegemonía sobre las demás formas de vida. No ha sido una forma de vida democrática.
En su fase imperialista el capitalismo ha exacerbado el uso de la violencia en virtud que no puede obtener los recursos naturales y energéticos requeridos para mantener el modelo de desarrollo instalado, a través del diálogo y la negociación sino por la vía del despojo de otros países. Por eso, la violencia se organiza y ejecuta desde la OTAN avalada por la ONU como supra-Estado transnacional, con los recursos del FMI y los contribuyentes; y la UNESCO garantiza, vía ciencia, academia, educación y, en general, la cultura, la difusión de los patrones culturales, mentales y simbólicos que justifican esas prácticas sociales como la única forma de vida posible a la cual  hay que adaptarse. 
En el siglo XXI, los imperialismos y, particularmente, el de los Estados Unidos, se ha convencido ser dueño del mundo. Al punto que se asumen como gobierno planetario y ejercen su poder sobre los demás países a través de políticas injerencistas que violentan el derecho internacional, decretos y sanciones arbitrarias y al margen de la ley que trasgreden la autodeterminación de los pueblos. Pujan por instalar una dictadura mundial por la vía de las armas, como única forma de mantenerse su hegemonía.
Esto genera una contradicción toda vez que muchos pueblos del mundo –pese a sus gobiernos lacayos- pugnan por mantener su independencia y autonomía de los imperialismos y evitar ser recolonizados y despojados de sus recursos naturales y de su propia vida. Los imperialismos tienen el poder, el dinero y la tecnología. Los pueblos en el continente tienen la inteligencia, la valentía, experiencia de lucha irregular, el ingenio y la creatividad que los dota de la capacidad para, con serenidad y paciencia e inspirados en el ejemplo de  sus héroes históricos,  acabar con mitos y “tomar el cielo por asalto”.

NOTAS:
 [1]     Subrayado nuestro
[2] REGALADO Roberto. AMÉRICA LATINA ENTRE SIGLOS: dominación, crisis, lucha social y alternativas políticas de la izquierda, segunda edición, un proyecto de ocean press, New York, 2006, p. 18
[3]  Para mayor información sobre el Club Bilderber, leer: la Verdadera Historia del Club Bilderber del autor Daniel Estulin.
[4]  Federico Engels: “Del socialismo utópico al socialismo científico”, Obras Escogidas en tres tomos, tomo 2, Editora Política, La Habana, 1963, p.312.
[5]  LENIN, Vladimir Ilich. Obras Escogidas en Tres Tomos (El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo), Tomo I, 1961,  p. 700.
[6]    Ibíd,   p.  706.
[7]   Nos referimos a “los dueños de los bienes de la tierra”, al estilo Club Bilderberg, Iluminaty, entre otros, que manejan los hilos del poder real, de la real politik, desde las sombras; y que tienen gran influencia sobre las decisiones de las organizaciones multilaterales: ONU, UNESCO, FMI, Banco Mundial, BID, entre otros.
[8]  MARRUFO Olivera, Dulce (2017).Planes de ataque de la burguesía internacional contra la Revolución Bolivariana, Conferencia, Barquisimeto
[9]    Ibídem
[10]   Leer artículo de  Gustavo Veiga titulado: Las iglesias evangelistas jugaron un papel clave en la  campaña electoral del candidato ultraderechista: el día en que “bolso-nazi” fue bautizado “mesías”, EL  MUNDO, 08 de octubre de 2018 disponible en: https://www.pagina12.com.ar/autores/845-gustavo-veiga
             [11]   Koch, Paul. Op. cit.  p. 303

[12] Leer: la Verdadera Historia del Club Bilderber del autor Daniel Estulin en lo relativo a la iglesia única universal...
            [13]     Datos tomados de la pág.: https://www.hispantv.com/noticias/economia/363150/gasto-presupuesto-militar-aumento-eeuu-guerra-friaestadounidense de la clase AUSS John S. McCain



REFERENCIAS


ENGELS,  Federico (1963): “Del socialismo utópico al socialismo científico”, Obras Escogidas en tres tomos, tomo 2, Editora Política, La Habana.

ESTULIN, Daniel (2005), La Verdadera Historia del Club Bilderberg, Editorial Planeta, CA, Barcelona

KOCH, Paul (2008) La historia oculta del mundo: de la prehistoria al terrorismo internacional,  Editorial Planeta: Bogotá,  318pp.



LENIN, Vladimir Ilich (1961). Obras Escogidas en Tres Tomos (El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo), Tomo I, Moscú.

                     MARRUFO Olivera, Dulce (2017). Planes de ataque de la burguesía internacional contra la Revolución Bolivariana, Conferencia, Barquisimeto

REGALADO Roberto (2006). América Latina entre siglos: dominación, crisis, lucha social y alternativas políticas de la izquierda, segunda edición, un proyecto de ocean press, New York,

UESSELER  Rolf (2007). La guerra como negocio: cómo las empresas militares privadas destruyen la democracia, Grupo Editorial Norma, Bogotá.

VEIGA,   Gustavo . Las iglesias evangelistas jugaron un papel clave en la campaña electoral del candidato ultraderechista: el día en que “bolso-nazi” fue bautizado “mesías”, periódico EL MUNDO, 08 de octubre de 2018 disponible en: https://www.pagina12.com.ar/autores/845-gustavo-veiga

VETENCOURT Lola y Guardia A. (1992). Historia de la economía mundial (segunda edición), Universidad Central de Venezuela, ediciones de la Biblioteca, Caracas,

https://www.hispantv.com/noticias/economia/363150/gasto-presupuesto-militar-aumento-eeuu-guerra-friaestadounidense de la clase AUSS John S. McCain