EL PARADIGMA BOLIVARIANO: REFERENTE PARA LA
CONSTRUCCIÓN DE UNA TEORÍA DE LA
LIBERTAD
Ángel Custodio Velásquez
ancuve@gmail.com
Muchos seres humanos, que por su obra han trascendido en el tiempo y en el presente
siguen siendo referentes para orientar proyectos políticos de transformación
revolucionaria de la sociedad, han sido estudiados desde diversas facetas y
miradas; pero difícilmente abundan estudios que hagan referencia a cómo
construyeron su pensamiento, cómo produjeron conocimiento y cuáles fueron los
supuestos teórico-filosóficos que guiaron su acción política para alcanzar los
resultados obtenidos. Es el caso de Simón Bolívar quien -más allá de la
influencia que tuvieron sus maestros y algunos pensadores de la Europa decimonónica
en la construcción de su pensamiento- asumió, quizás, lo más avanzado del
liberalismo político del siglo XVIII y XIX, sintetizado en la Revolución
democrático-burguesa de 1789 y estableció, en 1819, las bases de la República y,
finalmente, expulsó a los españoles de
América.
El presente artículo es parte del primer avance de una investigación inscrita en el Proyecto
Estratégico: Bolívar Contrahegemónico,
el cual se despliega a través de diversos
subproyectos que lleva adelante La
Universidad Internacional de Las Comunicaciones (LAUICOM).
En ese orden de ideas, esta investigación se soporta
en los siguientes supuestos teóricos-filosóficos y epistemológicos:
§ Un algo viene de otro algo. Nada viene de la nada.
§ La vida, en general, y los procesos socio-históricos,
en particular, existen en movimiento
permanente de cambios y transformaciones, de continuidades y discontinuidades,
de complementos y contradicciones y de puntos de inflexión. En ese movimiento
complejo, todo tiene que ver con todo. Nada existe aislado, aunque lo
percibamos así desde nuestro aparato analítico.
§ Los seres humanos son los grandes constructores y
deconstructores del mundo, jugando el papel de sujeto y ajenos a cualquier idea
de existencia de leyes sociales. Esto último forma parte de la crisis
civilizatoria del proyecto moderno que arrastra en su huracán de cambios a toda
suerte de dogmatismo en lo socio-político-histórico.
§ La naturaleza de los seres humanos es social; no
individual. Por ello existen articulados con los otros, la naturaleza y el
cosmos.
§ La producción
material y espiritual de cada sociedad
histórico-concreta está limitada por la episteme de la civilización en la que
fue creada. Su superación supone la transformación de la episteme dominante.
§ La
psique humana y las mentalidades son un producto construido en el marco de
determinadas condiciones socio-históricas. Por ello, “Los hombres [seres
humanos] se parecen más a sus tiempos que a sus padres”.
§ La
subjetividad de los seres humanos es real porque mueve su vida.
§ Toda forma de conocer es histórico-concreta y se
fundamenta, por lo menos, en un modelo
teórico históricamente determinado.
§ Todas las ciencias “duras” como las Ciencias Sociales o
humanistas, se explican desde las corrientes de pensamiento.
§ Todo/a
investigador/ra de oficio, debe estar consciente del paradigma que usa en sus
investigaciones para evitar ser un eclético inconsciente.
§ Toda investigación se aborda desde un aparato analítico; lo sepa o
no quien investiga.
§ El objeto de
investigación, desde una perspectiva crítica, es la síntesis de múltiples determinaciones;
por lo tanto, la unidad de lo diverso.
§ La Totalidad, por su parte, es una porción finita del objeto de
investigación y los elementos del
contexto que la determinan y que también
son determinados. Por tanto, su enfoque es pluridimensional con interrelaciones
múltiples y no lineales. Además, Es
interpretable, medible, cuantificable,
cualificable en un mismo proceso y produce conocimiento fiable para transformar.
§ Si el conocimiento es
verdadero o falso, lo determina la praxis humana.
§ Lo concreto es una
síntesis, un resultado definido en tiempo y espacio de múltiples factores que
lo hacen ser como es (y no como otra
cosa).
§ En dicho resultado
convergen elementos diversos (distintos); en donde algunos pueden
complementarse entre ellos;
mientras que entre otros pueden
generarse tensiones o contradicciones.
En ese mismo orden expositivo y en relación con la epistemología, ésta no es nueva en el arte de conocer y responde a
la pregunta: cómo se produce el conocimiento, tampoco se limita a una sola acepción. Encuentra sus primeras formas en la Antigua Grecia, inicialmente
en filósofos como Parménides o Platón. Para los griegos, el
tipo de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento denominado
doxa. En el tiempo, la epistemología ha sido utilizada de formas diversas. Para
los fines de este trabajo, nos
inscribimos en los conceptos de epistemología que se exponen a continuación:
Epistemología proviene del griego (episteme), conocimiento, y (logia)
estudio. Por tanto, viene a ser la “Doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico” (GARCIA y Gross: 1992
p. 413); pero también puede ser entendida como: la “Teoría del conocimiento
producido por la ciencia (…)” (FERRATER MORA: 1999 p.1041).
Para DAMIANI, Luis (1995) “Es la ciencia que estudia a la ciencia” , mímeo s/n)
Para el autor de este trabajo,
es la disciplina que aborda el estudio de los fundamentos teóricos, técnicos y metodológicos
de los paradigmas con los cuales se produce conocimiento en la época moderna.
Del mismo modo, esta investigación se apoya en la acepción de paradigma
la cual, según Kuhn:
es un Sistema de creencias, principios, valores y premisas que determinan la
visión que una comunidad científica
tiene de la realidad, el tipo de preguntas y problemas (…) a estudiar, los
métodos y técnicas válidos para la búsqueda de respuestas y definiciones.
Siguiendo a Kuhn (1969): “Un paradigma es lo que comparten los
miembros de una comunidad científica y, a la inversa, una comunidad científica consiste en unas
personas que comparten un paradigma”, garantizando la diversidad en la
producción del conocimiento (p. 271).
Se agrega que todo paradigma está compuesto
por los siguientes elementos ordenados de esta manera: una filosofía, una epistemología, una teoría explicativa de lo
real, un método, diversidad de técnicas e instrumentos. Con estos elementos se
aborda el objeto de estudio.
Los tres primeros elementos del modelo
planteado: filosofía, epistemología y Teoría
ubica al investigador(a) en el plano de la reflexión sobre lo real;
mientras que los tres últimos niveles: método, técnicas e instrumentos lo sitúa
en el campo operativo. De manera que todo plan para la acción debe ser
precedido por una reflexión donde se establecen las directrices generales para actuar,
en tanto que el modelo debe ser asumido como un todo interrelacionado y
complementario.
Sobre el particular, a menudo se cometen dos errores:
a) quedarse en el plano reflexivo, conlleva al
teoricismo que significa pretender resolver problemas reales de la
sociedad desde los esquemas mentales de los sujetos; y b) hacer práctica sin
reflexión teórica que conduce al pragmatismo y la construcción de un pensamiento
técnico-instrumental o lógico-formal. Ambas tendencias reproducen la
fragmentación cartesiana para producir conocimiento y cada una separada de la
otra son insuficientes para producir praxis que conduzca a transformaciones
revolucionarias de la sociedad. Así mismo, el método, en este modelo, responde
a dos componentes: 1) la teoría que lo precede por lo que debe estar en arreglo
a la misma; y 2) se despliega a través de las técnicas y es guía para la
aplicación de las mismas en la investigación.
Igualmente,
entendemos como Modelo de Análisis a la síntesis de la concepción del mundo que
se despliega a través de mitos,
creencias, valores; teorías, conceptos y categorías con las cuales, en
un determinado contexto socio-cultural,
se analiza e interpreta la sociedad histórico-concreta que se pretende
transformar.
Bolívar y la construcción del paradigma bolivariano
Expuestos tangencialmente los supuestos que guían esta investigación, podemos adentrarnos a cómo Bolívar- quizás sin
quererlo- como parte de su majestuosa obra, fue dejando pistas en el camino
andado que hoy, desde el siglo XXI y esquivando los anacronismos, recogemos de
su tiempo y nos atrevemos a bosquejar lo que denominamos un paradigma
bolivariano, en el contexto del debate que se adelanta en el continente para
avanzar hacia la construcción de un pensamiento que en perspectiva se aleje del
eurocentrismo-occidentalismo que ha naturalizado tanto el supremacismo
pensamental europeo como la sociedad capitalista neoliberal, como la única forma de vida posible a la que
los humanos debemos adaptarnos: ¿muerte de la historia?; y nos acerque a eso
que se ha dado por llamar la construcción de un pensamiento nuestroamericano
descolonizado, edificado desde nosotros y nosotras en el contexto
socio-histórico que vivimos, fundado en nuestros pensadores y pensadoras, en el marco de nuestra cultura,
históricamente determinada, para explicar
lo real y, sobre esas bases, levantar
teorías que contribuyan a alumbrar las transformaciones revolucionarias que los
pueblos adelantan en este continente. Sobre el particular, este intenta ser
nuestro primer acercamiento a esa
empresa tomando como coartada a Simón Bolívar El Libertador.
En efecto, las concepciones
filosóficas, sociales y políticas de la ilustración, sirvieron de referencia, en gran medida, para el
accionar teórico-practico de Bolívar. Para los ilustrados, nningún ser humano transforma nada sin ideas, pero las ideas no se
convierten en realidad sino son llevadas
a la práctica. Fueron los
ilustrados, sobre todo los franceses de finales del siglo XVIII, los primeros
en tomar plena conciencia del vínculo indisoluble entre idea y
acción. Los ilustrados pensaban
que las ideas se llevaban a la práctica, y que, de la práctica, a su vez, se levantaban
nuevas ideas y teorías. Empero, los grandes sistemas filosóficos de los siglos
XVI-XVII, fueron altamente especulativos y metafísicos. Los
representantes de este tipo de filosofía inmanente, que discurría en la cabeza del filósofo, fueron: Descartes, Leibniz, y Malenbranche. Es
con el movimiento ilustrado que la razón alcanza la plenitud de su autonomía y
se hace práctica. Bolívar, en sus escritos, cita entre otros pensadores a Montesquieu,
Rousseau, a los filósofos griegos, pero, principalmente, a los ligados a la
Ilustración, que fue el pensamiento más revolucionario de su época espoleado
por las ideas liberales.
Los filósofos del siglo XVIII aspiraban incidir en la vida humana y la sociedad. Este trabajo lo hicieron
David Hume y John Locke, en Inglaterra.
Fue tanto así, que, en este siglo, Locke fue considerado una suerte de maestro de
Europa. Los franceses a lo largo del siglo XVIII fueron influenciados por los ingleses y reelaboraron creadoramente su pensamiento; mientras que, en la vida práctica, las ideas filosóficas,
sociales y políticas la materializaron Montesquieu, Rousseau y Diderot. Fueron ellos
quienes ilustraron a los franceses tanto para las reformas dirigidas desde
arriba, como para los cambios producidos
a partir de 1789, con la Revolución Democrático-burguesa. Bolívar bebió de
estas fuentes y, particularmente, del empirismo inglés; pero Bolívar siempre estuvo atento y
estudiaba los cambios oficiados básicamente
en Europa, analizaba las guerras y las experiencias de otras latitudes, a
los héroes, los hitos históricos de América y de las culturas negras en el
continente.
Bolívar valoraba tanto el Contrato Social de Rousseau, que en su testamento
expresó su deseo de que le fuera entregado a la Universidad de Caracas (Hoy
Universidad Central de Venezuela). También leyó a Montesquieu, que son las dos figuras claves de la
Ilustración política en Francia. La Constitución de Cádiz de 1812, con sus ideas liberales e ilustradas también
abrió un paréntesis, aprovechado por los que luchaban por liberarse del dominio
colonial español. Bolívar que conocía al pueblo
americano: sus vicios, su grandeza y sus limitaciones, hablaba de tres
eslabones de la cadena que nos ata a la dominación: la ignorancia, la tiranía y
el vicio.
Bolívar fue ferviente admirador de las instituciones británicas, por eso
recomendaba a los legisladores de su tiempo estudiar la Constitución de
Inglaterra, no para imitarla servilmente, sino para ver lo que tenía de
republicanismo. Al respecto decía: “Yo os recomiendo esta
constitución popular, la división y el equilibrio de los poderes, la libertad
civil, de cómo la más digna de servil de modelo a cuantos aspiran al goce de
los derechos del hombre y a toda la felicidad política que es compatible con
nuestra frágil naturaleza” Todas estas ideas nutrieron
el proyecto político y social de El libertador y son, al mismo tiempo, partes medulares de su pensamiento.
Igualmente,
Bolívar tenía muy en alto el papel de la ciencia en la formación de los seres
humanos sobre todo aquellos quienes aspiraban emprender proyectos trascendentes.
En carta a un familiar deja claro que hay que conocer las ciencias porque el “conocimiento de las ciencias exactas, (…) nos
enseñan el análisis, pasando de lo conocido a lo desconocido y por este medio aprendemos a
pensar y raciocinar con lógica”; y remata con esa frase lapidaria: "Un hombre sin estudio es
un ser incompleto" ( ...)
Pero Bolívar también se alimentó de fuentes diversas y de experiencias; es
así como en 1799 estuvo en España, allí
se puso en contacto con los círculos ilustrados españoles. En 1804 viajó a París, cuando aún se sentían los ecos
de la Revolución democrático-burguesa. De esos intercambios logró filtrar
aprendizajes significativos. Para Bolívar, como hombre de formación
integral, el conocer no se limita
meramente al uso de la razón fría y calculadora, sino también le asignó un
espacio importante a la intuición para apropiarse de fenómenos y tendencias
políticas que estaban más allá de la lógica formal y del dato cuantitativo, sumergidos allí en las turbulencias de la
complejidad socio-política. Se reitera: estudiar las experiencias fue clave en
su orientación política y su acción, al igual que darle una gran importancia al
estudio de la historia.
En consecuencia, la filosofía[1]
predominante en el siglo XVI- XVIII era el empirismo inglés representado básicamente
por: Bacon (1561- 1626), Hobbes (1588-1679), Locke (1632-1704) y Hume (1711-1776), otra fuente en la que se apoyó Bolívar para entender su
tiempo; de allí que puso énfasis en el estudio de lo real concreto, a partir de los procesos sociales vividos en su época los cuales los entendió como la resultante de
una geopolítica regional y/o internacional. Es así que, en la carta de Jamaica,
dictada a su secretario Pedro Méndez en Kingston el
6 de septiembre de 1815 y dirigida “A un Caballero de esta Ysla” (se refiere a Jamaica), le expone
una radiografía al representante inglés de lo que era América para el momento. Señala
Bolívar:
“ (…) El belicoso estado de las
provincias del Rio de la Plata ha purgado su territorio y conducido sus armas
vencedoras al Alto Perú; (…). Cerca de un millón de habitantes disfrutan allí
de su libertad.(…) El Reyno de Chile, poblado de ochocientas mil almas, está
lidiando contra sus enemigos //folio 5 // que pretenden dominarlo; pero en
vano, porque los que antes pucieron un termino a sus conquistas, los indomitos
y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es
suficiente para probarles, que el Pueblo que ama su Yndependencia por fin la logra
(…) El Virreynato del Perú cuya población asciende á millon y medio de
habitantes, es sin duda el mas sumiso, y al que mas sacrificios se le han
arrancado para la causa del Rey; y bien que sean varias las relaciones
concernientes á aquella hermosa porcion de America, es induvitable que ni está
tranquila, ni es capas de oponerse al torrente que amenasa á las mas de sus
provincias (…)”.(Bolívar; 1815, p. 2)
Más adelante, Bolívar (1815) añade:
“ (…) La Nueva Granada, que es,(…)
el corazon de America obedece á su gobierno jeneral eseptuando el Reyno de
Quito que, con la mayor dificultad, contienen sus enemigos, por ser fuertemente
adicto á la causa de su patria: y las provincias de Panamá y Santa Marta que sufren, no sin dolor, la
tirania de sus señores (…). En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus
acontesimientos han sido tan rápidos y sus desvastaciones tales, que casi
la han reducido á una absoluta
indijencia, y á una soledad espantosa: no
obstante que era uno de los mas bellos paices de cuantos hacian el orgullo de la America. Sus tiranos
gobiernan // folio 6 // un desierto y solo oprimen á tristes restos, que
escapados de la muerte, alimentan una
precaria existencia: algunas mujeres, niños y ancianos son los que quedan. Los
mas de los hombres han perecido por no
ser esclavos, y los que viven combaten con furor en los campos y en los pueblos internos hasta espirar ó
arrojar al Mar á los que, insaciables de
sangre y de crimenes, ribalizan con los primeros monstruos que hizieron desaparecer de la
America á su raza primitiva. Cerca de un Millon de habitantes se encontrava en
Venezuela; y, sin exageracion, se puede
asegurar que una cuarta parte ha sido
sacrificada por de tierra, la espada, el hambre, la peste, las
peregrinaciones: esepto el terremoto, todos resultados de la guerra (…) todas especies, pues nada ahorran los
españoles, con tal que logren someter á
los que han tenido la desgracia de nacer en
este suelo, que parece destinado á empaparse con la sangre de sus hijos (…).
(p.3)
Adiciona Bolívar que:
(…) los Mejicanos seran libres
por que han abrazado // folio 7 // el
partido de la patria, con la resignacion
de vengar á sus pasados, ó seguirlos al sepulcro. Ya ellos dicen con Reynal: llegó el tiempo en
fin, de pagar á los españoles suplicios
con suplicios, y de ahogar á esa raza de
esterminadores en su sangre ó en el Mar. (…). Las Yslas de Puerto-rico y
Cuba, que entre ambas, pueden formar una
poblacion de setecientas á ochocientas mil almas, son las que mas tranquilamente poseen los
españoles, por que estan fuera del
contacto de los Yndependientes. Mas, ¿no son americanos estos Ynsularez.? ¿no
son vejados.? ¿ no desean su bien estar.?” (Ibíd)
He aquí la visión de
totalidad finita con la que Simón Bolívar percibía a América. No la vio
como islas separadas entre sí; sino como parte integrante de un mismo problema: el colonizaje español. De
esta manera, rompía con la visión
cartesiana del mundo. No es casual, entonces, que, para lograr la libertad de
España y la construcción de la república, haya propuesto una unidad de naciones
bajo el estandarte de un solo ejército, entendiendo a ese conjunto de naciones
bajo el proyecto: La Patria es América.
Bolívar supo identificar la contradicción principal
para el momento como fue la lucha por la
independencia versus el colonialismo
como proyecto político anticolonial, para construir
la República y alcanzar la autonomía total del Estado Monárquico Español.
Igualmente, identificó la lucha interpotencias por distribuirse los
territorios y el control de las colonias, las alianzas que se construyeron en el Congreso de Viena en 1815, expresadas en la Santa Alianza que buscaba
reeditar la monarquía y regresar al absolutismo; alianzas que no eran
homogéneas sino que entre los integrantes de la misma habían contradicciones
por intereses opuestos; pero además, las
disputas de otras potencias coloniales por el control del poder en las colonias en los territorios de América y, dentro de
ello, el estudio de la correlación de fuerzas existentes en cada momento. Ello
le facilitó construir alianzas político-militares para llevar adelante el
proyecto político de Colombia la grande.
Lo que se señala queda claro en la mencionada
Carta de Jamaica[2]
en la que a partir de una construcción
discursiva prospectiva de lo que vislumbró
era América como su proyecto
socio-político, logró el apoyo de los ingleses para llevar adelante la guerra
de independencia y sacudir a América del dominio español.
Lo teológico, también jugó un papel en Bolívar. Acompañó al cálculo frio y
racional inmediato porque fue un
creyente y, como parte de su subjetividad, se encomendaba a Dios en cada acto de su vida.
Ello le daba fuerza, valor y seguridad en el proyecto emprendido o en la
batalla inmediata. Lo que se señala es notable en sus cartas dirigidas a sus
amigos, a los militares subalternos y a miembros de su familia, entre otros.
Desde el punto de vista epistemológico, Bolívar siempre echó manos al análisis de lo
real, abordándolo integralmente; pero poniendo énfasis en la experiencia como síntesis de procesos que culminaban pero que, a su vez,
eran un nuevo comienzo en el que intervenían nuevas variables, en un nuevo
entorno social y sujetos. Esos análisis facilitaban reorientar los objetivos
políticos de la guerra. De allí levantó explicaciones,
aprendizajes, teorías y tendencias que
le permitían tener ideas de hacia dónde iban las cosas. Asimismo, Utilizó mucho
la proyección a partir del análisis de las coyunturas políticas específicas.
Ello queda reflejado en el
Manifiesto de Cartagena en el que explica a los habitantes de la Nueva
Granada las razones por las cuales se
perdió la denominada I República. Sobre el particular, Bolívar precisaba que:
los proyectos personales, la malversación del erario público y la deslealtad,
entre otros elementos, conspiraron contra la unidad de los patriotas y, por
ende, sobre el proceso de independencia. Vierte en su discurso elementos
coyunturales, otros estructurales y morales para dar cuenta de la derrota. Veamos:
“El más consecuente error que cometió Venezuela, al presentarse en el
teatro político fue, sin contradicción,
la fatal adopción que hizo del sistema
tolerante; sistema improbado como débil e ineficaz, desde entonces, por todo el
mundo sensato, y tenazmente sostenido
hasta los últimos períodos, con una
ceguedad sin ejemplo” (Bolívar: 1812 p.4)
Más adelante sostiene:
“(…) la impunidad de los delitos de
Estado cometidos descaradamente por los descontentos, y particularmente
por nuestros natos e implacables
enemigos los españoles europeos, que
maliciosamente se habían quedado en nuestro país, para tenerlo incesantemente
inquieto y promover cuantas
conjuraciones les permitían formar
nuestros jueces, perdonándolos siempre,
aun cuando sus atentados eran tan enormes, que se dirigían contra la salud pública” ( Ibid.
).
Debido a ello, “(…) vino la oposición decidida a levantar tropas veteranas, disciplinadas y capaces de presentarse en el
campo de batalla, ya instruidas, a
defender la libertad con suceso y gloria”. Asimismo, “La subdivisión de
la Provincia de Caracas, proyectada,
discutida y sancionada por el Congreso federal, despertó y fomentó una
enconada rivalidad en las ciudades y
lugares subalternos, contra la capital
(…)”.
Bolívar adiciona un relevante problema estructural, como elemento que
contribuyó enormemente para la pérdida de la llamada I República:
“Pero lo que debilitó más el Gobierno de
Venezuela fue la forma federal que adoptó, siguiendo las máximas exageradas de los
derechos del hombre, que autorizándolo para que se rija por sí mismo, rompe los pactos sociales,
y constituye a las naciones] en
anarquía. Tal era el verdadero estado de
la Confederación. Cada Provincia se
gobernaba independientemente; y a
ejemplo de éstas, cada ciudad pretendía iguales facultades alegando la práctica
de aquéllas, y la teoría de que todos
los hombres y todos los pueblos gozan de
la prerrogativa de instituir a su antojo
el gobierno que les acomode” (Ibid. p. 5)
Con esa finura en el análisis, Bolívar en el mencionado Manifiesto de
Cartagena, señala otras razones para la pérdida del poder político en 1812, y llega
a un conjunto de conclusiones de las cuales aprendió; sobre todo a tener claro
que los gobiernos federalistas sin tener un centro político que le dé direccionalidad política al conjunto y los una
a través de una visión estratégica, debilita el poder porque dispersa las
fuerzas patriotas y las desune; porque, entre otras cosas, surgen los
intereses individuales, los proyectos grupales debilitando al proyecto único
general. De allí su consigna sobre la unidad para vencer al enemigo. Sostenía,
con mucha razón, que "El arte de
vencer se aprende en las derrotas" (...) analizando los errores cometidos
en las contiendas. La sistematización de las experiencias fue clave para
aproximarse a lo real y orientar su acción política venidera.
El análisis de lo real para orientar el proceso político y la unidad
siempre han sido fundamentales en los procesos políticos. Esto hoy tiene plena
vigencia porque si no vamos unidos
contra el enemigo común como es el imperialismo colectivo, la victoria se hará
más dificultosa.
En el plano teórico, Bolívar siempre se apoyó en el
estudio de la experiencia, - como ya se
dijo- de los momentos coyunturales, en el análisis de las batallas en las que
identificaba los aciertos y errores, no solo con lo descriptivo,
sino, sobre todo, con lo explicativo para orientar la política y tomar decisiones para actuar, no para
contemplar. Con este accionar Bolívar fue construyendo una teoría de la guerra
de liberación. Obviamente para ello también se ayudó de otras enseñanzas como
las transferidas por Alejandro Petión y Simón Rodríguez, entre otros. Bolívar
tenía claro que un pensamiento no se cristaliza en sí mismo porque conduce a la
dilectancia o, en el mejor de los casos, a un academicismo pasivo, estéril y de
poca utilidad. Un pensamiento requiere de acciones prácticas para
materializarse; porque teoría y acción forman parte de un mismo proceso
retroalimentándose. La unidad entre pensamiento
y acción fue una herencia de la ilustración que potenció Carlos Marx, en
el siglo XIX.
Desde
el punto de vista del método, Bolívar utilizó un enfoque metódico de totalidad
porque consideraba los factores internos dependiendo del territorio social
donde actuaba, inscritos en el contexto internacional o regional; de
integralidad, abierto que permitía
recrearlo en el proceso de lucha, a partir de los cambios sustantivos que
aparecían en la contienda; de manera que era un método cambiante, flexible y
ajustable a las circunstancias. En tal sentido, adaptaba el método a la
realidad; y no ésta al método. De allí su carácter flexible. La idea del
movimiento es transversal al pensamiento de Simón Bolívar.
Lo que se señala se evidenció en la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, en donde
ocurrió el enfrentamiento entre el
ejército realista a cargo del mariscal de Campo Miguel de la Torre y del
ejército republicano, liderado por el General en Jefe Simón Bolívar. Los
resultados de esta batalla fue el producto de una campaña previa llevada
adelante por Bolívar en los que consideró, entre otras cosas: la significación
de la batalla para el futuro de Colombia y, sobre todo, la liberación del Sur en donde quedaban los últimos reductos del
ejército realista en América el cual era necesario derrotarlo para alcanzar la
victoria definitiva sobre el imperio español; las condiciones del ejército
patriota y su capacidad para ganar una batalla en la que estaba en inferioridad
de fuerzas, el movimiento de sus tropas, la necesidad de dividir las fuerzas
del ejército español como una posibilidad para garantizar el triunfo, el uso de
la logística, la desinformación hacia el adversario en donde magnificó la alta
moral y las capacidades del ejército patriota.
Para
llevar adelante esta proeza, Bolívar se concentró a realizar la planificación en un
territorio estratégico (lo que es hoy el
Municipio Simón Planas, en el estado Lara) en el que tenía comunicación fluida
y regular con los cuadros militares bajo su mando: Páez en los llanos, que, a
su vez, se comunicaba con los Andes, Urdaneta en Occidente; Bermúdez y Mariño
en Oriente. Bolívar además de contar con un ejército internacionalista, asignó
a sus mandos militares misiones específicas. La visión de totalidad esgrimida
por Bolívar y la coordinación general del ejército patriota desde un
centro, cumpliendo las misiones
asignadas en esta contienda, fue casi determinante en el triunfo de Carabobo.
En
relación con las técnicas utilizadas por Bolívar, de acuerdo al esquema que se viene desarrollando, El Libertador
utilizó diversas técnicas para obtener
la información. En tal sentido, Bolívar aprovechó la información
obtenida a través de procesos de investigación; y combinó esto, en el caso de
la guerra, con Información obtenida a través de la Inteligencia y más específicamente a
través de la infiltración del enemigo y
de la figura de los dobles agentes.
En efecto, la inteligencia es
muy vieja, tanto como los manuales de
Sun Tzu: El arte de la Guerra. En tal sentido, el período de
la historia de Venezuela visto desde el prisma de los servicios de
inteligencia, de los espías, que jugaron un papel determinante en las acciones
políticas y militares que tomaron Domingo de Monteverde, José Tomás Boves y
Pablo Morillo, por el bando realista, así como Francisco de Miranda y Simón
Bolívar por el lado patriota, son elocuentes. el vale todo y el fin justifica
los medios (de factura weberiana), la información es poder, han sido elementos
comunes en las guerras.
Ella se justificaba porque desde los primeros
momentos de la declaración de la independencia, hubo una clara intención de los republicanos obtener información de los ciudadanos: saber
qué piensan, con quienes se reúnen, en qué pasos andan, para saber quiénes eran
afectos a la república o a la monarquía. Lo que siguió al movimiento del
19 de abril fueron alzamientos y focos armados realistas que se oponían al
régimen republicano. Sectores sociales y políticos que estaban en contra de la
deposición del Capitán General Emparan y
a las autoridades monárquicas Acción
similar hizo la iglesia católica con la santa Inquisición utilizaron la
información para conocer a los herejes y agredirlos. Bolívar hizo lo suyo para
afinar sus actuaciones y garantizar el control social para el momento. En ello
estuvieron involucrados mujeres y sacerdotes, entre otros.
En
todas las épocas, la inteligencia ha servido para aplicar una política de terror como una
forma de amilanar al adversario. El miedo y el control social han servido para
garantizar la gobernanza sobre todo cuando se está en situaciones de
incertidumbre.
En lo atinente a los instrumentos
utilizados por Bolívar para tener acceso
a la información, fueron diversos. No privilegiaba ninguno, pero priorizaba el
que le diera mejores resultados. Los instrumentos estaban en correspondencia
con el tipo de información requerida para cada momento o situación. De allí el
carácter flexible que exhibió.
Finalmente, el plan de abordaje de la
política o de las batallas propiamente tales, contenían una diversidad de
estrategias complementarias, algunas
veces, o independientes unas de otras.
El uso de una u otra dependía de las circunstancias que se presentaran en la
contienda, en condiciones específicas. La estrategia la definía de acuerdo a lo
que se iba a enfrentar.
De esta manera quedan expuestos, a
grandes trazos, algunos de los elementos
preliminares de lo que hemos definido como el paradigma bolivariano.
Finalmente, se considera
que la obra y el pensamiento de Simón Bolívar es un legado que trasciende a su
tiempo y se proyecta hacia el siglo XXI como un sol con una fuerza, potente e incalculable, para alumbrar las luchas de América Latina y
el Caribe y de muchos pueblos del mundo que hoy
batallan contra el colonialismo y el imperialismo; luces que, aunadas al
pensamiento acumulado por los pueblos, alcanzan mayor significación en el marco
de las culturas y las especificidades de
cada uno y, como dijera José Carlos Mariátegui:
"No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y
copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia
realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano.". He
allí la necesidad de la originalidad de esta obra. Por lo demás, la obra de
Simón Bolívar esta blindada ante las
mentiras de los apátridas y pusilánimes al servicio de los grandes centros de
poder mundial y de cierto “estupidismo ilustrado” detractores del padre de la
patria, Simón Bolívar, con la idea de socavar las bases de la Revolución
Bolivariana, recolonizarnos y
retrotraernos a una nueva esclavización a través del control del cerebro humano.
NOTAS:
[1] Hablar de
filosofía no necesariamente hay que remitirse a los griegos. En tal sentido,
Hugo Zemelman, pensador chileno, sostiene que para identificar la filosofía que
el capitalismo ha venido abrazando en cualquiera de las formas que ha asumido, hay que estudiar determinado
período histórico en el que la filosofía del capital se manifiesta en sus
expresiones concretas. Develada la misma, se define la política para superarla.
[2] La Carta de
Jamaica es un
texto escrito por el político y militar Simón Bolívar el 6 de septiembre de 1815 en
Kingston, capital de la colonia británica de Jamaica,
en respuesta a una misiva de Henry Cullen, un comerciante jamaiquino de origen
británico residente en Falmouth. Para mayor información sobre el tema, visitar
la página web: https://www.google.com/search?q=la+carta+de+jamaica+escrita+por+sim%C3%B3n+bol%C3%ADvar+en+1815&oq=La+carta+de+jamaica&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUqBwgFEAAYgAQyBwgAEC4YgAQyDAgBEEUYORjjAhiABDIHCAIQABiABDIHCAMQABiABDIHCAQQABiABDIHCAUQABiABDIHCAYQABiABDIHCAcQABiABDIHCAgQABiABDIHCAkQABiABNIBCTE0NjEyajBqN6gCALACAA&sourceid=chrome&ie=UTF-8
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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Ministerio del Poder Popular para la comunicación y la información (MPPCI), Caracas.
Bolívar, Simón (2015). Carta de Jamaica, Comisión Presidencial para la conmemoración del Bicentenario de la Carta de
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Bolívar, Simón (2019),
Discurso de Angostura (3ra edición corregida), Plan Nacional de Lectura
Manuel Vadell, Fundación Editorial El Perro y La Rana), Caracas
Finol, Yldefonso (2022). Simón Bolívar: ideología y
método de la emancipación de Nuestra América, Centro de Estudios Simón Bolívar,
Colección Bolívar XXI, Caracas.
GARCIA, Pelayo y Gross (1992), Pequeño Larousse
ilustrado, ediciones Larousse, España, p. 413).
FERRATER MORA, José(1999). Diccionario de
Filosofía, editorial Ariel, s.a., tercera reimpresión, Barcelona, 2004, p.1041.
DAMIANI, Luis (1995). Epistemología y ciencia en la
modernidad, mímeo, Caracas.
PIVIDAL Francisco (2015).
Bolívar, (Pensamiento precursor del antimperialismo), Ediciones de la
Presidencia de la República, Caracas.
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