viernes, 29 de agosto de 2025

AUTOGESTIÓN, AUTODETERMINACIÓN POLÍTICA Y FORMACIÓN: CLAVES EN LA CONSTRUCCIÓN DE LAS COMUNAS

 

Ángel Custodio Velásquez

 

Venezuela es un país en construcción y reconstrucción permanente porque se intenta contener y derrotar  las diversas agresiones contra nuestro pueblo por parte del imperialismo estadounidense y sus aliados,  que han generado necesidades económicas, políticas, sociales y culturales;  y avanzar hacia estadios superiores de vida donde alcancemos la mayor suma de felicidad social posible, como señalaba Simón Bolívar. En este proceso hay que  fortalecer las Comunas, como la alternativa  para superar el Estado burgués que sigue intacto;  y avanzar en la construcción de una cultura comunal  fundada en valores de  autogestión, solidaridad, cooperación, con autonomía financiera y  autodeterminación política;  para  crear las bases  materiales y subjetivas, internas y externas, con miras a  la superación del  Estado Burgués y la construcción del socialismo.

Ahora bien, ¿qué situación presentan las comunas hoy?,   ¿con cuáles herramientas  político-formativas  superar las debilidades existentes? y ¿cómo preparar nuestra  defensa ante las amenazas externas e internas para defender la Revolución Bolivariana?. En lo adelante,   se intentará dar respuestas  a estas interrogantes, no sin antes hacer un breve recorrido previo por el origen de las comunas, su devenir histórico y su definición en algunos Estados latinoamericanos donde existen, incluyendo a Venezuela.

En efecto, los pueblos originarios vivían organizados comunalmente: tenían una división natural del trabajo, formas de producir su vida material y espiritual, de habla, culturas,  reglas de regular  la vida social y organización militar para proteger la propiedad de todos. Con el surgimiento de la propiedad privada, la organización militar pasó a defender dicha propiedad. De estas formas militares, en el tiempo, nació el Estado para defender la propiedad privada convirtiéndose en un instrumento de opresión. Más cercano en el tiempo, el origen del nombre y función de las comunas provienen de las comunas urbanas de la Edad Media. Más acá, varios países adoptaron el nombre de comuna  para delimitar la unidad administrativa menor y básica de sus territorios. Posteriormente, los países redefinieron las comunas y le dieron funciones diversas de acuerdo al tipo de Estado en que dichas organizaciones fueron creadas.

Así, el Movimiento que produjo revueltas en París entre los días 18 de marzo y 28 de mayo de 1871, se le denominó Comuna de Paris y la concibieron  como una forma de organización social y económica basada en la propiedad colectiva y eliminaron los tradicionales valores colectivos antes existentes.

En América Latina, la Comuna,  va a tener acepciones diversas. En Chile viene a ser una Corporación autónoma de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas. (Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, n° 18 695, art. 1, p. 1).

En  Argentina y Bolivia, antes del triunfo de Evo Morales, coinciden en definirlas como: una entidad que se encarga de la administración de un municipio o ayuntamiento. (Ley Local 5638, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre Denominación a la Comuna 9, de Argentina, p.2). En Honduras y Nicaragua, las conciben como el lugar donde se halla la sede de un ayuntamiento y la oficina de su alcalde. En Colombia, vienen a ser una subdivisión territorial en una porción del área urbana, a través de la cual se puede desconcentrar la administración municipal. (Ley 1551 de 2012, por la cual se dictan normas para modernizar la organización y el funcionamiento de los municipios, art. 40).

En Venezuela,  uno de los últimos países por asumir la figura de comunas, ha sido definida como “(…)  el espacio socialista que, como entidad local, es definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable, contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación”. De aquí se derivan: a) el espacio socialista supone que en la comuna se deben practicar los valores del socialismo: solidaridad, igualdad de derecho, justicia, cooperación, complementariedad, entre otros; b) la integración de la comunidad está definida por la memoria histórica compartida, rasgos culturales comunes que los identifican, al igual que las costumbres que también generan identidad; c) “(…)  se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento (…)” lo que los hacen comunes a todos y todas; y d) territorio social en el que ejercen soberanía y participación protagónica; que significa, entre otras cosas, que el pueblo participa en la concepción, planificación, ejecución, seguimiento control y evaluación de los planes que aprueban en sus territorios sociales, sistematiza la experiencia y ejerce la contraloría social a la ejecución del plan y sus resultados. Obviamente, todo ello se corresponde con el Plan de Desarrollo del país y sus adecuaciones en el tiempo. Este es el “deber ser” de las comunas en Venezuela.

Por lo antes señalado,  la comuna no es revolucionaria en si misma; depende de la concepción  de Estado en el que se inscriban. En ese orden, en los países como Argentina, Bolivia, Honduras, Chile y Colombia, las comunas obedecen a una división territorial para desconcentrar funciones porque fueron concebidas en el marco de  Estados burgueses; lo que ha servido para que los Estados neoliberales descarguen en el pueblo, a través de esas unidades político-administrativas,  funciones para que el pueblo llano y corriente administre sus crisis,  en un Estado que privatiza los servicios públicos, restringen la inversión pública y la inversión  social. Las comunas creadas bajo esta concepción,  producen una ficción de democracia y un espejismo de participación popular.

Breve descripción de algunas  las Comunas en Venezuela

A juzgar por la experiencia vivida en algunas comunas, se puede decir que la situación de algunas de ellas es la siguiente:

1)  Pragmatismo en su acción cotidiana. El tareismo evita que los comuneros y comuneras se detengan a reflexionar sobre la práctica que realizan y ello les impide que puedan detectar los errores que cometen para superarlos a tiempo. Ello rompe con la integración entre la práctica y la teoría;  y se abordan como dos procesos separados. Aquí predomina la fragmentación cartesiana al separar al ser en cuerpo y alma; y ver el hacer separada de la teoría.

2)  Algunos comuneros y comuneras, por la vía de los hechos, desprecian el estudio; lo ven como algo que es poco necesario porque lo importante es hacer la tarea. Este es otro elemento a superar en la comuna.

3)  El consumismo, como otro escollo,  los comuneros son bombardeados por los medios de comunicación y las redes sociales virtuales. En algunos comuneros priva la idea de tener más  para comprar más bienes materiales, no para alimentarse sino para comprar los productos que le estimula comprar el mundo de la publicidad. El problema central no es ser sino tener. Fromm (1980), refiriéndose a la diferencia entre el ser y el tener,  señala que: La alternativa a tener que se opone al ser, no atrae al sentido común. Parece que tener es una función normal de la vida: para vivir debemos tener cosas. Además, debemos tenerlas para gozarlas. En una cultura cuya meta suprema es tener (cada vez más) , y en la que se puede decir de alguien que ‘vale un millón de dólares’ ¿cómo puede haber una alternativa entre tener y ser? Al contrario, parece que la misma esencia de ser consiste en tener; y si el individuo no tiene nada, no es nadie. Esta es la cultura del capitalismo.

4)  La transculturación. A nuestro pueblo se le ha impuesto el eurocentrismo europeo que unido al occidentalismo, produce una situación muy particular porque: (…) Asistimos (…) a una transición del colonialismo moderno a la colonialidad global, proceso que ciertamente ha transformado las formas de dominación desplegadas por la modernidad, pero no la estructura de las relaciones centro-periferia a escala mundial. Las nuevas instituciones del capital global, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), así como organizaciones militares como la OTAN, las agencias de inteligencia y el Pentágono, la ONU y la UNESCO, todas conformadas después de la Segunda Guerra Mundial y del supuesto fin del colonialismo, mantienen a la periferia en una posición subordinada. El fin de la guerra fría terminó con el colonialismo de la modernidad, pero dio inicio al proceso de la colonialidad global. (Grosfoguel, 2005: 13). Y para ello, practican la guerra cognitiva con lo que buscan cambiar  la manera de ser de los seres humanos; e iríamos hacia una nueva esclavización pero de tipo global. Este proceso de transculturación ha conducido a que muchos aprecien más lo foráneo que lo nuestro; lo extranjero lo ven como superior a lo nuestro y genera en ellos una situación de vergüenza. Aunado a esto, nuestro pueblo desconoce lo fundamental de nuestra historia, no tiene un sentido de nación, poca identidad por el territorio que ocupamos y nuestra cultura; y ello conspira contra la posibilidad de defender a la nación de agresiones externas e internas. Por supuesto, los elementos expuestos no se pueden ver como absolutos; sino como una coexistencia de factores: unos que contribuyen y otros que, en minoría,  se muestran reacios a la defensa de la nación.

          La  situación expuesta se produce en un contexto de reordenamiento del capitalismo mundial en el cual Occidente viene en declive y EE.UU. tiende a perder la hegemonía; y ante la crisis, recurre a prácticas sionistas-neofascistas de violencia, financia guerras por encargo, invade países y expropia sus recursos naturales, petróleo y otras riquezas que posean. En contraparte, insurge un nuevo bloque de poder con potencias emergentes con China y Rusia al frente, organizados en los BRICS;  que plantea relaciones de respeto entre los países;  al libre comercio,  la Carta de la ONU y al derecho internacional; la no injerencia en los asuntos internos de otros países,  los cuales comparten un mundo pluripolar y multicéntrico. Por tanto, asistimos a un cambio de época en transición en el que un bloque de poder tiende a morir pero no termina de hacerlo y otro bloque que tiende a nacer pero que no termina de nacer. En este contexto, a pesar de los ataques, Venezuela saldrá beneficiada por la colocación de su petróleo con la diversidad de relaciones abiertas internacionalmente, a pesar de que no se ha entrado formalmente a los BRICS+; pero se cuenta con petróleo y Gas que mueven al modelo de desarrollo instalado y  a la economía mundial. Este proceso se realizaría en medio de  dificultades debido a las medidas coercitivas unilaterales que nos  impone EE. UU.

Herramientas político- formativas para superar las debilidades existentes en las comunas

          Las comunas hay que verlas con un criterio de totalidad; pero  existen tres elementos claves para lograr  su avance hacia un Estado comunal y hacia el socialismo:

1)      La autogestión de las comunas y sus implicaciones

La autogestión debemos entenderla como la capacidad que desarrolla la comuna para organizar,  producir, administrar y decidir sobre el uso de sus recursos y proyectos, sin depender absolutamente de instancias de gobierno. Por ello, para que la comuna sea autogestionaria,  implica un proceso participativo de carácter colectivo donde la propia comuna: levanta su historia local, lo que le permite identificar sus potencialidades socio productivas, la cultura local predominante, el capital humano con el que cuenta, sus debilidades y fortalezas en los ámbitos políticos, sociales, formación;  los valores predominantes en la comuna, la espiritualidad, íconos religiosos; pero también identifica  sus principales  necesidades en todos los ámbitos. A partir de allí,  elabora planes, en arreglo con el plan de desarrollo nacional y atendiendo a las condiciones específicas de la comuna;  define objetivos y ejecuta acciones para alcanzar el bienestar colectivo de la comuna y las comunidades circundantes. Si bien, la comuna en las primeras de cambio, puede recibir un financiamiento del gobierno, la perspectiva es que la comuna financie su economía y resuelva sus propias necesidades. En la medida en que la comuna avanza hacia la  autogestión, se logra que: guarde autonomía de los entes públicos y privados, genera cultura de trabajo y soberanía, contribuye a la producción de los alimentos que consumimos, genera valores de autosuficiencia, seguridad y solidaridad y una cultura internacionalista en los comuneros y comuneras. Todo este proceso  debería estar transversalizado por un plan de formación  permanente de la comuna, atendiendo a las necesidades formativas de comuneros y comuneras e inscrito en el plan estratégico de la comuna. Ello va creando las condiciones para el ejercicio de la autodeterminación política en la comuna. Las comunas también deben contribuir a la seguridad y defensa de la patria; pero la mejor defensa es producir lo que consumimos, generar identidad nacional y crear una conciencia revolucionaria entre comuneras y comuneros que apuntale a la Revolución Bolivariana.

2)      La autodeterminación política de las comunas  y sus implicaciones

La autodeterminación política  refiere a la capacidad que tiene la comuna a  decidir sobre su direccionalidad política: su plan, organización, autogobierno y desarrollo, sin depender del gobierno y entes privados, promoviendo su propia cultura, economía y planes sociales de bienestar para  comuneras, comuneros y su entorno. Ello  implica la autonomía en la toma de decisiones,  la capacidad de gestionar sus propios asuntos y recursos. Si bien la comuna en el ejercicio de su política mantiene autonomía del Estado, gobierno y entes privados, su accionar debe contribuir al desarrollo de la política nacional pero sin perder de vista el impulso de sus propias políticas. Cuando exista una discrepancia entre las comunas y el Estado o con el gobierno, el conflicto debe dirimirse a través del diálogo evitando imposiciones ni chantajes.

No es aconsejable que el plan o las directrices políticas estratégicas y tácticas, vengan de fuera de la comuna porque eso genera dependencia y le resta autonomía. Cuando se asume una directriz foránea debe hacerse a través del debate franco y abierto con los entes involucrados y entre iguales.

3)      La formación para potenciar el rumbo estratégico de las comunas

La formación en las comunas debe fundarse en la educación robinsoniana, con los principios  “Inventamos o erramos” para el ejercicio de un “Aprender haciendo” productivo, creador y liberador para construir la patria y defenderla de cualquier amenaza externa e interna. Para ello se propone   lo siguiente:

-  Construir una cultura de la comuna extensiva a todos y todas; niños, adultos, mujeres, jóvenes, otros. Eso implica, refundar las bases teórico-filosóficas de la educación en los principios de la educación de  Simón Rodríguez. Lo mismo hay que hacer con los fundamentos axiológicos, teleológicos, pedagógicos, andragógicos, epistemológicos de la educación en la comuna.

-  Implementar en el proceso productivo el hacer-aprendiendo y en la escuela el aprender haciendo. Además, hacer  costumbre las prácticas de solidaridad, cooperación, complementariedad, trabajo en equipo, compartir los saberes y conocimientos. Los adultos, por su experiencia, pueden formar a los niños y, los niños, pueden enseñar a los adultos sobre todo en el manejo de las TIC, operación de herramientas y equipos informáticos. Masificar esta filosofía de los procesos de aprendizajes en la comuna.

-  Implementar regularmente cursos sobre la Historia de Venezuela, la vida y obra de Simón Bolívar, el árbol de las tres raíces, la cultura venezolana, Nuestra americana, vida y obra de Chávez, entre otras.

-  Sistematizar estos procesos con miras a publicarlas para masificarlos.

-  Difundir esta filosofía de aprendizajes en el entorno de la comuna y hacerla  extensiva a otras comunas y en el ámbito nacional, Nuestro americano y otras latitudes donde sea posible.

-  Garantizar la comunicación en la comuna  para crear la unidad trabajada desde lo común en las relaciones que se fortalecen en las familias como núcleos base del nuevo horizonte, la estrategia comunal usando el  hacer Robinsoniano de inventar y crear sin imitar, para no seguir cometiendo el error de calcar, copiar y repetir patrones cotidianos que impone el eurocentrismo-occidentalismo.

Estos son parte de los retos que pensamos se plantean en la comuna, a los comuneros y comuneras; pero también a los facilitadores de procesos sociales en dichas organizaciones.  Juntos estamos llamados a defender integralmente nuestra nación; pero más allá de ello, juntos también tenemos que construir la sociedad del buen vivir que necesitamos en Venezuela y Nuestra América; de manera que sirvamos de ejemplo a otros pueblos del mundo que también sueñan con “tomar el cielo por asalto”. A ello dedicamos todo nuestro esfuerzo. En definitiva, las comunas deben convertirse en la unidad básica del estado Socialista para construir nuevas formas de vida en armonía con la naturaleza y el cosmos.

FUENTES CONSULTADAS

-      Boza, F.  (2013), ¿Cómo construir el estado comunal?, Editorial El perro y la Rana, Caracas, Venezuela.

-      Domínguez A, Dafnis Antonio(2006), Teoría y práctica integral de la educación, Ministerio de la cultura, Fondo editorial Baria, Barquisimeto, Venezuela.

-      Fromm, Erich (1980). ¿Tener o ser?, Fondo de cultura económica, Buenos Aires, Argentina, p.33

-      Grosfoguel, Ramón (2007). El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más    allá del capitalismo global, Caracas, Venezuela

-      Jorge, Carlos H. (1999). Educación y revolución en Simón Rodríguez, Monte Ávila      editores Latinoamericana, Caracas, Venezuela.

-      Ley de Las Comunas (2008), Caracas, Venezuela

-      Mészaros, István (2006), Más allá del capital: hacia una teoría de la transición, Vadell hermanos editores, Caracas.

-      Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (2001), Simón Rodríguez: cartas,  Centro de Tecnología Educativa, Ediciones Rectorado, Caracas, Venezuela.

-      Wallerstein, Immanuel (1984). El moderno sistema mundial, Siglo XXI editores, Buenos Aires.