APORTES
PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA INSURGENTE
EN VENEZUELA
Ángel Custodio
Velásquez
En
Venezuela hay un debate abierto en torno a la Historia como disciplina
científica, que supone reflexionar sobre los supuestos teóricos desde los
cuales se ha producido conocimiento historiográfico en el país, que obliga,
necesariamente, a revisar los paradigmas utilizados y sus productos; y someter
a crítica, además, el papel que ha jugado esa historiografía en el
apuntalamiento de los proyectos políticos que se instalaron en nuestro territorio a partir de 1498 hasta la actualidad. No es que se va a cambiar
la historia –empresa imposible- sino reinterpretar lo que escribieron los
ideólogos de la democracia liberal sobre lo que fuimos y somos hoy y lo que se
enseña en los espacios educativos sobre la historia, a la luz de otras
perspectivas epistemológicas y los resultados societales obtenidos a lo largo
de 521 años de existencia. Y es que las Ciencias Sociales y, por tanto, la Historia son interpretativas, porque se
explican a partir de las corrientes de pensamiento.
Fundamentación
A partir del siglo
XVI en Europa , se empezó a
construir, una episteme fundada en los pensamientos de: Aristóteles
(Antiguo), Francis Bacón (1561- 1626), Thomas Hobbes (1588-1679), René Descartes (1596-1650), John Locke (1632-1704 ),
Isaac Newton(1642-1727), David Humes (1711-1776 ), Inmanuel Kant (1724-1804 ), G. W.F. Hegel (1770-1831) y Charles
Darwin ( 1808-1882 ), entre otros. Sobre los fundamentos filosóficos de estos
pensadores, se construyó la filosofía de la ilustración moderna predominante
en el pensamiento occidental, la academia clásica y en las universidades.
Esta cosmovisión fue trasladada a AMÉRICA, a finales del siglo XV y principios del XVI, a
través del proyecto colonizador-civilizador insertándola al comercio de Europa en calidad de colonia. Hubo una
colonización del ser, del poder, del saber que se extendió al campo simbólico;
y hubo también una colonización epistemológica. Transformaron nuestra
subjetividad y espiritualidad. Nuestra cosmovisión fue suplantada por la visión
del mundo predominante en Europa. La subjetividad
que se fue construyendo y reconstruyendo a lo largo del tiempo dio lugar
al eurocentrismo – occidentalista que tenemos hoy como herencia histórica que
modela nuestro imaginario colectivo.
Desde
esta perspectiva eurocéntrica, la producción de conocimiento quedó reservada a
una élite vinculada al poder del capital. Mientras que, en
la disciplina de la Historia, el positivismo se volvió una corriente filosófica
dominante en el siglo XIX: hizo predominar las pruebas, la objetividad, la
neutralidad axiológica y el documento, como bases para producir conocimiento,
descartando otras perspectivas filosóficas. Con esta impronta, la expansión del capital y de las
revoluciones democrático –burguesas; el fortalecimiento del Estado
liberal-burgués-iluminista y los procesos de industrialización en el siglo XIX, se
fueron imponiendo unas ciencias sociales que, al hacerse hegemónicas desde el
poder, se asumieron portadoras exclusivas de la verdad sobre la realidad
histórico-social; y mediante la naturalización y cientifización de la
cosmovisión liberal individualista y posesiva, incluida la concepción de una
naturaleza humana ahistórica y universal, asumieron la sociedad de mercado como
el único orden social posible.
En
efecto, el capital se ha valido a lo
largo de su historia de unas corrientes de pensamiento para producir un tipo de
conocimiento que aplicado a procesos tecnológicos, sofistica el aparato productivo, crea nuevas
tecnologías y supera transitoriamente
sus crisis recurrentes.
Por
ello, la Historia Insurgente debe construir un modelo teórico-filosófico que permita develar
las interioridades de la historia del capitalismo y la forma que asume en el siglo XXI, poner al desnudo sus
atrocidades contra el ser y la naturaleza,
superar la enajenación del trabajo y avanzar inexorablemente hacia la
construcción de una sociedad, a partir de nuestra realidad histórico-cultural, lograda por el pueblo y a su servicio y no de
las élites de poder.
Descolonizar
el conocimiento, la historia y la memoria, supone construir un nuevo cuerpo teórico-filosófico y
categorial; como parte de un nuevo paradigma que supere los fundamentos de la
ilustración, para producir un nuevo conocimiento historiográfico. Simón
Rodríguez sostenía que: “Lo nuevo no puede ser copia de lo viejo. Tiene que ser otra cosa” y
José Carlos Mariátegui señalaba: "No
queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser
creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro
propio lenguaje, al socialismo indoamericano.".
Está construcción tiene que ser un producto colectivo. Asimismo,
debemos retomar el hilo histórico de la vida y lucha de nuestros pueblos
ancestrales y de los siglos posteriores. Allí existe una riqueza incalculable
que todavía no conocemos y que sus principios de vida y saberes, pudieran
servir para crear condiciones de vida distinta a las del capitalismo en el
siglo XXI.
Por lo antes dicho, es necesario develar la falsa conciencia en la
que se soporta el capitalismo, naturalizado a través de sus diversas expresiones
ideologizadas, por cuanto permitirá desmontar la lógica de la dominación y
del poder.
Algunas
premisas para la construcción de la
Historia Insurgente
- La
naturaleza humana es eminentemente social; no individual y la producción
de conocimiento también. Por ello, la vida se construye en colectivo.
- Manejar
una Visión integral de la vida; de totalidad finita, Vivir dignamente
cultivar el ser, respetar a la naturaleza. Reponer lo que se le quita. Aspirar
vivir sin clases sociales, vivir con producción social pero garantizando que
la riqueza también sea social. La
regulación social la debe garantizar
el pueblo en el poder.
- La
Historia Insurgente comparte la integralidad del conocimiento; esto es,
que la producción de la vida material, espiritual y el conocimiento
historiográfico responde a una visión del mundo que concibe la relación
naturaleza-cosmo-ser humano como un todo
interrelacionado, no como tres cosas fragmentadas.
- La
Historia Insurgente será siempre un proyecto inacabado y en construcción
permanente por los cambios que se produzcan en la sociedad donde vivimos.
Y porque no hay teorías transhistóricas que expliquen todo en todas las
épocas.
- Los
conocimientos históricos son interpretativos. Los de nuestra historia, se
construyeron desde marcos teórico-filosóficos derivados de la ilustración;
por tanto, es necesario construir otro referente teórico-filosófico que apuntale procesos emancipatorios.
- El
conocimiento histórico debe servir para transformar la sociedad a través
de acciones conscientes y creativas
del sujeto histórico; y no para contemplarla.
- Los
procesos históricos, por su complejidad, deben ser interpretados como totalidad social finita, abierta e
inacabada, en inter-relación y no aislada, buscando develar lo oculto en
el capitalismo.
- Para
la Historia Insurgente, no existe un fin de la historia. Existe una
historia sin fin. Tampoco habrá una muerte del sujeto. Mientras exista
desigualdad, opresión y dominación de un bloque histórico sobre otros bloques, y utilización de la
naturaleza como recurso ilimitado,
siempre existirá un sujeto histórico recreado y reconstituido dispuesto a
transformar ese estado de cosas y ponerlo al servicio de los oprimidos.
- Por
ello, los colectivos humanos con la
política, son los grandes
constructores y deconstructores de la historia. No los héroes. El papel de
éstos en la historia es catalizar o retrasar los procesos políticos de
acuerdo al proyecto político al que sirven.
Definición de la Historia
Insurgente
La
Historia Insurgente, por tanto, es un
proyecto político historiográfico y cultural que tiene como objetivo
estructural contribuir a la emancipación del pueblo venezolano, Nuestro
americano y caribeño, a partir de nuestras
luchas y producciones historiográficas emancipatorias, la descolonización de la memoria histórica, de la
enseñanza de una historia para la emancipación, el develamiento del
eurocentrismo-occidentalismo y de las corrientes historiográficas apologetas
del proyecto colonizador-civilizador. Como objetivo histórico contribuir, a
partir de la Revolución Bolivariana, del legado
de nuestros pueblos ancestrales, de Bolívar, de Zamora, Simón Rodríguez y demás héroes de la patria;
de los aportes de Hugo Chávez y demás pensadores Nuestro americanos y caribeños,
a la construcción de una sociedad igualitaria, que respete a la naturaleza, que
des-enajene y des-aliene al ser humano. Y como objetivo inmediato, clarificar
la coyuntura histórica que se vive caracterizada, entre otras cosas, por un reacomodo del sistema capitalista
mundial y un proceso de ordenamiento y reordenamientos de fuerzas de las
grandes potencias en el marco de la geopolítica mundial; y los ataques que desde los grandes centros de
poder se ejecutan contra nuestro país; contribuir a la defensa de la soberanía
y la Seguridad de la nación. En consecuencia, la Historia Insurgente se apoya
en un bloque histórico- social diverso que entendiendo la Historia como
herramienta de transformación social, se propone construir un nuevo paradigma
historiográfico que permita reconstruir, a través de una reinterpretación
crítica, la historia de Venezuela y Nuestra Americana, proponer estrategias
pedagógicas y andragógicas para la
enseñanza de la Historia, acompañar al
pueblo y a la comunidad en la
construcción de su historia , la
autogestión y autodeterminación política, apoyados en la creatividad, el
ingenio y el respeto del otro.
Propuesta de áreas de trabajo de la Historia Insurgente
ÁREA 1: TEÓRICA - EPISTEMOLOGIA
§ Revisión-investigación
de los supuestos teóricos y epistemológicos en que está sustentada la disciplina de la Historia en
Venezuela.
§ Construir
colectivamente un nuevo paradigma para realizar investigación histórica para la
emancipación.
§ Reconstruir
críticamente la historia de Venezuela desde la perspectiva de los
subalternizados e invisibilizados por las élites de poder.
§ El
historiador e historiadora debe ser un sujeto de transformación social
comprometido con los intereses del pueblo.
o
ÁREA
II: PEDAGOGÍA Y EDUCACIÓN
§ Develar
las pedagogías dominantes en la educación reproductoras de las relaciones de
poder del capital.
§ Construir
nuevas estrategias pedagógicas-andragógicas que orienten la enseñanza de la
historia en Venezuela a nivel de la
primaria y de la enseñanza media, universitaria y de postgrado.
o
ÁREA
III: HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA
·
Hacer análisis críticos a lo que hasta ahora
se ha escrito sobre la Historia de Venezuela, nuestra Americana y Caribeña y
proponer alternativas de cómo reconstruir una nueva Historia para la emancipación.
o
ÁREA
IV: HISTORIA, PUEBLO Y SABERES
§ Hacer
análisis críticos de la cultura popular a los fines de identificar en ella los
elementos reproductores del sistema de dominación y los elementos que sirven a
la emancipación.
§ Contribuir
al levantamiento de la historia de los pueblos, las comunidades, los
movimientos sociales libertarios, realizada por el mismo pueblo.
§ Construir
estrategias para formar investigadores populares.
§ Elaborar
proyectos para levantar la historia de pueblos, comunidades, municipios,
Comunas, movimientos sociales y líderes históricos.
o
ÁREA
V: HISTORIA Y PROYECTO SOCIO-POLÍTICO
§ Contribuir
a la materialización de una nueva sociedad en Venezuela como contribución del
conjunto de historiadores e historiadoras, a partir de sus investigaciones y
una praxis social comprometida con las transformaciones societales. Estas
cuatro (4) áreas de trabajo están transversalizadas por la investigación como
factor fundamental de la propuesta; y de estas áreas se pueden desprender
diversas líneas de investigación.
Esta área contempla,
además, el conjunto de iniciativas e instrumentos que se vayan creando en el
proceso, y que contribuyan a la emancipación social.
o
ÁREA
VI: INVESTIGACIÓN
Si bien esta
área es transversal a todas las demás, debe abordarse por separado sobre la
base de las líneas de investigación que surjan en las demás áreas o aquellas
que emanen de las necesidades del trabajo.
Se
espera que esta propuesta se pueda discutir con las comunidades y los
movimientos sociales; centros de estudios educativos e individualidades de
manera que se pueda enriquecer con nuevos aportes, a los fines de arribar a una
propuesta historiográfica que contribuya a descolonizar el pensamiento, la
Historia y la memoria.